1. La Muñeca Inflable


    Fecha: 26/06/2023, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: betoxxx, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... abiertas dejando a su coño a su disposición. ¿Era miedo eso que veía en sus ojos? El horror en el rostro de la pelirroja no hacía sino aumentar su belleza.
    
    Carol intentó gritar, pero antes de que siquiera el ruido escapara de su garganta, el hombre le dio una cachetada que le nubló la vista por un segundo. La chica se quejó del dolor, pero Oliver le tapó la boca con su mano, presionando con fuerza. Sentir sus suaves labios debajo de su mano le puso la verga más dura. "Shhh", le dijo poniendo un dedo sobre su boca. El miedo en sus ojos había sido reemplazado por odio. Intentó decir algo y el hombre le volteó la cara hacia el otro lado con otra cachetada aún más fuerte que la anterior.
    
    "No puedes hablar", dijo el hombre, tomándola fuerte de la barbilla. Quería que lo viera, pero ella desviaba la mirada más allá de él. "No me hagas cortarte la lengua, hermosa". La jaloneó duro del cabello, arrancándole unos cuantos pelos en el proceso. "Las muñecas no hablan".
    
    El hombre pasó un par de minutos peinándole el cabello hasta que estuvo satisfecho. Carol sentía todo el cuerpo entumecido, el traje le apretaba tanto en el tórax que respirar dolía. Quería llorar, pero no le daría el placer a él. No la rompería.
    
    Oliver la acomodó en el borde de la cama, las piernas y brazos hacia arriba, y comenzó a caminar, dando vueltas alrededor de ella, como un depredador analizando a su presa. La chica cerró los ojos cuando escuchó al hombre acercándose. Sintió cómo el hombre se acostó ...
    ... encima de ella, era muy pesado, se sentía diminuta debajo de él.
    
    Oliver le besó el cuello, la perra olía delicioso. Lamió sus clavículas e intentó meterse sus tetas en la boca, pero eran demasiado grandes. Lamió un rato la parte donde sus pezones dejaban un relieve en el traje. El traje resaltaba su pequeña cintura, casi podía rodearla completamente si la agarraba con ambas manos. 
    Su nueva muñeca era perfecta.
    
    El hombre siguió bajando hasta clavar la cara en su coño; el olor a hembra que emanaba era exquisito y su sabor no se quedaba atrás. Le comió el coño con dureza, sin tener ningún tipo de compasión ni preocupación por la comodidad de su perra. Le podía hacer lo que quisiera, era suya. Su lengua bajaba hasta su culo y volvía a subir hasta su coño. Mordía, chupaba y besaba. Carol solo podía concentrarse en el bigote del hombre raspándola por donde pasaba. El hombre se separó de ella. Cuando Carol escuchó cómo el hombre desabrochaba su pantalón, una lágrima se escapó por fin de sus ojos. Cerrando los ojos con toda su fuerza, se preparó para lo que vendría.
    
    Oliver tenía una verga larga y gruesa, rematada con un arbusto de pelo negro y grueso que tenía años sin recortar. Hacía mucho que no lubricaba tanto, la cabeza de su verga estaba tan húmeda que había dejado una mancha en sus jeans. Puso la cabeza de su verga en la entrada del coño de su muñeca; el calor que emanaba de ella se sentía como la gloria. La maldita perra aprendería lo que un hombre de verdad era capaz ...
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