Sexo, sudor y elíptica
Fecha: 28/09/2018,
Categorías:
Fetichismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... vientre plano, sus tetas y su pecho mojado aún en sudor, pues hacia mucha calor. Ella me cogió del cuello y me metió la lengua hasta la garganta. Sabía besar muy bien.
No me costó mucho acertar con la polla en su caliente y mojado coñito. A la primera penetración ya me di cuenta q socorrería en breve. Porque, además de estar buena, tiene cierta facilidad para llegar al orgasmo mucho antes que yo.
Efectivamente, me cogió las manos q tenía alrededor de su espalda y me la bajó hasta su culo. Allí, apretándola fuertemente contra mi, podía acercar mis dedos a su ano y a su coño, q rezumaba un jugo espeso y abundante.
Empezó a gemir fuertemente y un calor inmenso inundó mi polla dentro de su coño. Se había corrido.
Eso aún me excitó más, y me alejé un poco de su cara, para ver el gesto de placer y satisfacción que le había quedado.
Saqué un poco mi polla y vi q estaba brillante y recubierta de su corrida, tan grande, q me había empapado los huevos.
Sin sacarla del todo, arremetí contra ella, q parecía haberse relajado, pero q apuntaba a que quería más. Le estiré los brazos hacia arriba y volví a lamer su cuerpo, q seguía sudando y ardiendo.
Asi estuve unos minutos, suave, despacio. Hacía mucho calor y yo también sudaba mucho. Pero enseguida me puede de nuevo a la faena y ...
... volví a incrementar el ritmo. A los pocos segundo ella volvía a poner cara de vicio y volvía a correrse en mi polla.
- ¿Quieres acabar por detrás? - preguntó sonriendo.
Sabía q era la mejor forma de acabar, para mi. Así q se giró. Se puso a cuatro patas en el sofá y me dejó a la vista su espectacular culo. La estampa se completaba con su espalda recubierta de sudor y mi polla brillando y marcando las venas,y con el capullo enorme y morado. Le metí los dedos en el coño y unté su ojete con su propio flujo. No hay lubricante mejor.
Cogi mi polla con la mano y apunté a su agujerito q, de estar totalmente cerrado, pasó a abrirse poco a poco para dejar entrar mi polla. Puse las dos manos en sus nalgas y las abrí para disfrutar de mi visión: mi polla entrando y saliendo despacio de su fantástico culo. Y , claro, con todo ello, con todo lo que llevaba, no tardé mucho en notar q ahora me tocaba a mí. Así q incrementé el ritmo hasta que sentí q mi vista se nublaba y un chorretón de leche inundaba su culo. Apuré hasta la última gota de semen dentro de ella y me tumbé a su lado.
Mientras veía su cuerpo sudado y un poco de semen saliendo de su culo le dije:
- Buenas tardes. Perdona pero aún no te había saludado.
Y ella cogio la cara y me dio un morreo con sabor a sudor, sexo y elíptica.