Un tío con suerte - Mi cuñada Paty
Fecha: 02/10/2018,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Fernando X, Fuente: CuentoRelatos
... había encontrado preservativos y anticonceptivos en uno de sus cajones, y que al platicarlo con ella, esta le conto, que su primer relación, fue con un hombre mayor al que ella quería mucho y que había sido de una manera muy linda, el siguiente comentario de mi cuñada fue ..“Yo sé quién es este caballero, y como me gustaría ser su amante” ... Yo me quedé perplejo por el comentario, pero acerté a contestarle...“Estoy seguro que tú siempre le has gustado”.. Para a continuación acercarme a ella y darle un beso en la boca que fue recibido con gusto por ella, seguido de caricias que subían de tono, hasta verse interrumpidas por la llegada del camión de la mudanza.
Durante el resto del día, nos ocupamos del cambio de casa, aunque yo aprovechaba cualquier momento, para contemplarla y admirarla, había momentos en que se agachaba o se empinaba, y así me daba la oportunidad de verle un poco más de lo que siempre había visto, y que en algunas ocasiones provoco que mi miembro se pusiera en estado de alerta al imaginarme como seria poseerla. Y estoy seguro que ella hacia lo mismo conmigo, pues en varias ocasiones la cache observándome fijamente.
Al finalizar la tarde y cuando los trabajadores ya se habían retirado, mientras terminábamos de acomodar algunas cosas y tomándonos otra taza de café, me dijo que sus hijas pasarían la noche con sus abuelitos y que a ella le daba miedo pasar la noche sola, por lo que me pidió pasar la noche en su casa. Lógicamente yo accedí de inmediato, es ...
... más, si ella no lo hubiera pedido, hubiera sido yo quien se lo preguntara. Por lo que dejamos de hacer cualquier cosa y nos entregamos a lo que realmente deseábamos durante todo el día, subimos a su nueva recamara para estrenarla sexualmente.
Cabe mencionar, que, aunque yo, me mantenía sexualmente activo, Paty tenía mucho tiempo de abstinencia, pues en sus últimos años de casada, su marido no le había cumplido como hombre, por lo que al principio se mostró cual una inocente niña, tímida y con miedo a lo que iba a suceder.
Nos empezamos a desvestir sin arrebatos, más bien como dos jóvenes amantes, que van descubriendo a poco, lo que ofrece su compañero.
Al quitarle la playera y su brassiere, tímidamente llevo sus brazos a sus senos, y me costó muchos besos y caricias lograr que me dejara admirar sus pequeñas, pero bien tornadas bubíes, coronadas con unos diminutos pezones, que al calor de su pasión tomaban un color obscuro increíble. Continúe besándola y acariciándola con ternura, su cuello, sus senos, su vientre (que mostraba la experiencia de los años y sus dos embarazos), sus piernas y su entrepierna, para llegar por último y después de arrebatarle una blanca tanguita y lograr que abriera ligeramente sus piernas, a una bellísima conchita, no rasurada, pero si arreglada, que al recibir mi boca, termino de abrir para así permitirme gozar de su clítoris y sus labios humedecidos por las caricias anteriores, y que al sentir que le metía mi lengua en su rajita, provoco ...