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El jabón de glicerina, ayuda mucho
Fecha: 09/07/2023, Categorías: Anal Tus Relatos Autor: Yami, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
A veces hay chicas que cuentan historias fabulosas, bueno a mí nunca me había pasado hasta ahora. Joel es un muchacho moreno, llegó del Caribe hace un tiempo y es todo sonrisas. Trabaja de vendedor callejero y aún vive en una pensión con otros muchachos morenos y negros. Por ir a buscarlo un par de veces, aún sin entrar porque no permiten mujeres, conocí a Ebraim. Árabe de 1.90, es un oso delgado. Siempre con un pantalón de algodón blanco, ojotas negras y el torso desnudo aún con días fríos. Creo que sus brazos son más largos que mis piernas y su mano es más de tres veces una de las mías. Hablando mientras esperaba a Joel, quedamos en ir a tomar algo. Me puede la curiosidad y saber que era lo que tenía Ebraim era una duda que necesitaba resolver. Fuimos de una a un hotel barato y entramos. Pasamos a la habitación y en la mochila tenía una botella de ron. Se tomó un buen trago y me convidó, divertido me dijo que bebiera porque lo iba a necesitar. Tome un sorbo y me quemó la garganta. Se reía divertido y ya se había sacado la sudadera y tirado en la cama su bulto parecía muy grande. Al ver que lo miraba me invitó a tocar Más de 22 o 23 cms de manguera me hicieron dudar que fuera otra cosa. Empecé a correr el elástico de su eterno pantalón blanco y más lo bajaba, más pija aparecía. No terminaba nunca de aparecer ese palo negro grueso y con más venas que muchas personas... Entendí en ese momento que apareció por completo aquella frase de la tercera pierna. Ahí ...
... estaba delante mío el hombre elefante del que tanto se habla. El solo había brillar su dentadura tan blanca que parecía flúor - ¿Te gusta? Me preguntó - No puedo con esto. No cabe en ningún lado, le dije y escuché su carcajada victoriosa - Ya logró entrar y a vos también te va a entrar. Dijo y fue su primer beso Unos labios gruesos, sus manos ásperas y una lengua que me ocupo toda la boca dejándome sin aire, me pusieron a punto No pensaba irme sin intentar, así que me desnudé y me levanto en el aire como si fuera una pluma, me puso cabeza para abajo y esos labios carnosos ahora se pegaron a mis labios vaginales mientras su lengua trataba de cojerme. Me quedo ese mástil a medio parar muy cerca de la cara. Lo agarré con las dos manos en fila y aún sobraba una buena parte. La subí para empezar a mamar. Con esfuerzo abría la boca como podía y me comía solo la punta ya que no me cabía más. La chupada de concha y la cojida a punta de lengua se ayudaban con un dedo en mi culo que me perforaba como si fuera una cojida en seco, sin lubricar. Su pija tomaba más cuerpo y subía más, sin llegar a estar horizontal, supongo por su tamaño. Me arrancó el primer orgasmo y me enterró dos dedos en el culo haciendo que largue un grito de dolor profundo. Muy gruesos y sin mojar sentí el desgarro Me dejó sobre la cama y se puso a mi lado. Me empezó a frotar la pija entre las piernas y sin que me pida me abrí tanto como pude me la calzo y pese a los esfuerzos de ambos no logramos que me ...