1. Soy la puta de mi yerno.


    Fecha: 04/10/2018, Categorías: Incesto Autor: voxdey, Fuente: RelatosEróticos

    ... excitada y con tantas ganas de probar su leche, que sin pensarlo le consulte, “mi amor , queres metérmelo en mí cola?”, me contesto ”ahh Pili, es lo que más deseo en el mundo, años, años que me enloquece tu culo, estas nalgas duras y enormes, que ganas tengo Pilar”. Fue subiendo como estaba hasta quedar a la altura, los 2 boca abajo, él sobre mí, me apuntalo su vergón en mi cola y fue dejando que la presión de su peso fuera el que me introdujera aquel enorme glande, la lubricación no parecía la necesaria, se levantó rápidamente fue a la mesa de luz donde estaban mis cremas, agarro crema humectante me la unto bien en mi agujero, hizo lo mismo con su verga y volvió a apuntalarme, ahí si, ahí si sentí que mi ano empezaba a ceder, un frio recorrió mi espalda desde la nuca hasta mis pies, como si una navaja recorriera desde mi ano a mi vagina, que me desgarraba, grite de dolor, decidí morder la sabana para no volver a gritar, ya el dolor se mezclaba con placer, sentía ganas de irme de cuerpo pero también a la vez como un vacio y su consecuente ganas de sentirme llena, cuando sentí que ya había vencido mi esfínter aquella verga y que mis entrañas se llenaban felizmente, Javier me dijo al oído “ya esta mi amor, lo peor ya paso”, a lo que ingenuamente le pregunte “ya esta? Entró toda?”, Javier quiso tranquilizarme pero logro lo contrario diciéndome “no mi vida, casi la mitad”, “Casi la mitaaad!!!, me vas a matar, por favor Javi se prudente, me encanta pero me asusta, nunca me metí ...
    ... algo así”, a lo que Javier sonriendo ahora si me tranquilizo, “seria incapaz de darte dolor, solo quiero verte gozar, cuando vos me lo pidas la saco” y así lo alenté entonces “mmm, mi amor tranquilo, ya me relaje otra vez, ahora que te quedaste con ella adentro y quieto, ya no siento dolor y me calienta saber que estas disfrutando mi cola, me encanta que disfrutes mi cola, que tan loco te vuelve”, estas palabras fueron como un detonador de besos, caricias, apretones, mordisqueos y un dulce y suave bombeo de Javier hacia mí, mi cola se ponía golosa y en cada empelloncito se preparaba para él levantándose tímidamente, sin darme cuenta el dolor se había borrado y solo sentía un placer celestial cada vez que aquel pedazo del gran pedazo me invadía los intestinos, Javier iba tomando confianza y seguro del placer que me estaba dando cada vez me daba un poco más, yo lo notaba porque puntualmente volvía alguna gota de dolor, pero decidí dejarlo ya y no intimidarlo otra vez ya que el goce era mucho mayor que el dolor. Así estuvimos un buen rato, mientras yo lamia sus manos él me besaba la oreja, el cuello, mis pies y piernas envolvían los suyos por detrás, Javier se detenía unos segundos para que mis entrañas se adaptaran todo lo que podían a aquel tamaño, sentía su verga en mi culo como una brasa cada vez más caliente, hasta llegue a sentir como latía, sus testículos que rozaban mis nalgas parecían granadas a punto de explotar, yo sentía como mis flujos volvían a aparecer en mi vagina ...
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