1. Soy la puta de mi yerno.


    Fecha: 04/10/2018, Categorías: Incesto Autor: voxdey, Fuente: RelatosEróticos

    Javier además de ser una excelente persona, inteligente y apuesto, compartía conmigo la misma inquietud de este viaje, en esa fecha Javier tenía 37 años y llevaba ya 6 años casado con mi hija mayor, regalándome una hermosa nieta, físico atlético, 180cm. De unos 76 kilos, hace deportes.
    
    El viaje sería de unos 5 días, partimos un miércoles de noche llegando a retiro el jueves en la mañana, para volver el sábado en la noche llegando a casa el domingo en la mañana. El viaje de ida fue de lo más normal, fuimos conversando casi toda la noche hasta la hora dela cena, luego miramos una película de esas que ponen en los autobuses de larga distancia, ya llegadas las 2 am decidimos dormir lo que quedara del viaje. Llegamos a las 7 am a retiro, donde trasbordamos con otro autobús que nos llevaría a Luján, llegamos a Luján a las 9 am, en la terminal tomamos un remise hasta un hotel, que nos recomendó el mismo remisero, entramos al hotel y Javier pidió una habitación para 3 días, la recepcionista tomo nuestros datos y entregándonos la llave nos indico cual era la habitación. Llegamos a la habitación correspondiente, y cuando entramos, oh sorpresa!!, la habitación solo tenia cama matrimonial, mi reclamo fue espontaneo, dije a Javier, “Javier, solo tiene cama matrimonial, porque no pedimos una habitación con 2 camas individuales?” a lo que Javier me respondió también asombrado, “seguro, la chica pensó que éramos pareja y no se dio cuenta, voy a pedirle que nos la cambie”.
    
    Bajamos ...
    ... otra vez a la recepción e hicimos el reclamo correspondiente, solicitando habitación con 2 camas individuales, a lo que la recepcionista se disculpó diciéndonos que no le quedaban disponibles, que lo sentía mucho, luego de sentir el desasosiego de pensar en buscar otro hotel después de tan largo viaje y el calor que ya hacia, más andar con las maletas de acá para allá, Javier me dice “no se, Pilar, nos quedamos, igual yo duermo en el suelo o en algún sofá, así no te incomoda” a lo que le respondí si pena alguna y aliviando la pena colectiva, con la mejor sonrisa, “ si, tranquilo, si no te molesta dormir conmigo, compartimos la cama, que va a pasar? Somos familia no?” (riéndome), y así fue, hicimos uso de la misma habitación que nos habían asignado. Entramos, nos acomodamos, acomodamos nuestra ropa, Javier decidió ducharse ya que el calor y el ir y venir del problema de la habitación lo tenía empapado en sudor.
    
    Yo mientras tanto aproveché a ponerme ropa cómoda, para caminar previniendo el calor también, cuando Javier salió del baño decidimos hacer nuestra primera recorrida por la ciudad, recorriendo aquellos lugares que nos llevaron de un principio allí, después de más de 3 horas caminando decidimos almorzar en un restaurante cerca del hotel, luego el calor se hizo intenso, decidimos volver al fresco del hotel y descansar también del largo viaje, durmiendo una siesta, que nos repusiera del cansancio acumulado para volver en la tarde noche a dar otra recorrida. Sin resquemores ...
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