Final abierto. Sexo en el trabajo con el jefe
Fecha: 06/10/2018,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
Al momento de escribir este relato aún conservo el calor de la cama compartida y su perfume de la noche anterior. Hoy desperté, totalmente al palo, con el choto recontra duro por la excitación de solo pensar que en la tarde nos encontraremos, con Daniela, para repetir la experiencia de ayer.
Voy a intentar ordenar la secuencia de los hechos para hacerlos entendibles, no es fácil, son tantas las emociones y nuevas las sensaciones que cuesta asentarse en el estado de cosas tal como se presentaron. Como dicen los viejos, empecemos por el principio.
Soy dueño de un depósito de materiales eléctricos, por estos días sin actividad por el balance e inventario semestral, que se acaba de concluir, el personal afectado a la tarea, retirado, eso creía. Estaba recorriendo el primer piso, mirando sin mirar, café en mano, sin apuros.
Al pasar delante de la oficina, la veo a Daniela, degustando un café, también mirando a la nada. Golpeo la puerta abierta para llamar su atención, giró la cabeza y dijo:
—Adelante, pase.
—Puedo compartir el silencio con vos?
—Ja, ja, podés —por primera vez nos tuteamos.
En los casi seis meses que trabaja era la primera vez que nos encontramos en soledad como ahora, sentados frente a frente, escritorio por medio, y tuteándonos como viejos camaradas.
—Puedo ser indiscreto?
—Puede —mirando a la tapa del escritorio, descorriendo el velo de sus íntimos pensamientos.
—Qué está pasando, puedo ayudar en algo?... Aquí estoy…
Tenía ...
... gracia natural, transmitía vida y alegría por todos sus poros, pechos con la caída natural, pezones paraditos y apuntándome, buena silueta, destacándose del conjunto las torneadas piernas y la cola firme y parada, fue el detalle que me decidió a tomarla cuando se presentó como postulante a empleada. Hoy, no era la misma, los ojos sin el brillo de otros días, la boca sin la mejor de sus sonrisas.
Esperaba esa pregunta para dejar fluir las emociones contenidas, compartirlas con un corazón sensible, buscaba un referente, quizás un contenedor.
Roto el dique, dejó libre sus emociones. Ocultando sus ojos, comenzó diciendo que a cada minuto que pasaba se destruía lo que había compartido con Luis: Su matrimonio, su hijo, la relación entre ellos, su confianza, las relaciones, nada era lo que fue. Hablaba en tiempo pasado, hechos consumados, sin retorno. Es difícil, creo que estamos en las últimas, pero él no quiere admitirlo.
Apoyé mi mano sobre las suyas, comprendiendo su sentir. Le levanté el mentón para mirarme en sus ojos y expresarle, que estaba con ella para lo que necesitara... Fue un diálogo sin palabras, solo con el lenguaje que las miradas pueden expresar, con toda la elocuencia y comunicación establecida en un instante tan especial.
—Gracias. —se levantó para besarme en la mejilla.
Tomé de la mano y llevé a una dependencia, detrás de mi oficina, amplio sillón, para dormir alguna siestita. Serví unas copas, consumimos sentados juntos. Ya en la segunda vuelta de ...