1. Viendo a mi hermana


    Fecha: 09/10/2018, Categorías: Incesto Autor: bobardans, Fuente: CuentoRelatos

    Mi hermana tiene un cuerpo bestial. A mí me calienta espiarla cuando se viste. Es sensual al extremo, y yo soy un pajero ¡tengo que reconocerlo! Me gusta verla cuando se acaricia el cuerpo desnudo, lentamente, cuando juega con sus dedos sobre los pezones hasta ponerlos bien en punta, rozando primero la aureola de sus pezones y luego tirando suavemente con la yema de los dedos ese botón prohibido.
    
    Percibo su olor a mujer fresca, a hembra en celo, y me masturbo frenéticamente, reprimiendo mis quejidos de placer tras la puerta entreabierta. A veces pienso que ella sabe todo esto y que lo hace a propósito. Y aunque retengo la leche con el puño apretando el prepucio, debo ir a mi cuarto a seguirme pajeando… ¡es tan fuerte esa idea de que ella sabe que la espío!
    
    Me gusta verla cuando se coloca suavemente sus braguitas, hundiendo la telita blanca y transparente entre sus nalgas. Es que tiene un culo perfecto. Un culo redondo y suave, bien trabajado en el gimnasio, con dos bolas de carnes firmes y paradas, que le dan un aspecto de manzana con piel rosada bajo una cintura fina y atlética, a punto de cortarse. A ella le gusta ponerse esas tanguitas bien chiquititas, bien metidas en el ojete, porque sabe que cualquier pantalón ajustado, cualquier faldita corta va a caerle bien, y quiere calentar, resaltando ese culo de infierno.
    
    Me gusta verla cuando se cubre apenas con esos corpiños tan delicados, diminutos, transparentes, que marcan bien sus pezones largos y rosados. ...
    ... Sobre todo, esos soutiens que rematan en un diminuto triangulito, una excusa más que tonta para mantener erguidas algo que por naturaleza están bien erguidas, por el físico de mi hermana, por la gimnasia diaria, porque ella solo tiene 28 años. Y ese triangulito de tela no puede retener las aureolas de sus pezones. Mis amigos se calientan mucho con mi hermana cuando ella combina esos corpiños con blusas blancas, con tops claros, pegados al cuerpo. Los pechos son grandes, enormes.
    
    Me gusta verla cuando se depila, cuando se rasura esa diminuta conchita, ese triangulito del placer que nunca pude llegar a verlo bien hasta el día de ayer, cuando sucedió lo que voy a contarles.
    
    A ella nunca le faltan novios y menos pretendientes. Terminaba con uno y salía con otro. Es raro verla sola. Esa muy popular en el barrio, en el club, en la universidad. Sin embargo, no es considerada una puta. Es sensual, pero no es una marrana cualquiera. Tiene clase, tiene estilo. Nunca la he visto llorar o sufrir por una pérdida, y sin embargo, me enteré de algunos novios que sí lamentaban que mi hermana los dejara. Y llamaban a casa, y le enviaban flores, poemas… pero ella es muy decidida, y cuando algo no va… no va.
    
    Sin embargo, los novios solo entraban en casa para buscarla, nunca se quedaban, nunca los traía a almorzar. Mi fantasía recurrente era la de poder verla en acción, en la cama, cogiendo. Quería verla cogiendo, gozando, chillando como una ardilla y si pudiera ser yo quien la hiciera ...
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