1. Me rompen el culo por la indiscreción de mi esposa


    Fecha: 17/09/2023, Categorías: Bisexuales Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    ... susurró algo al oído, me molestó que lo hiciera, no me gustaba que le dijera algo en forma secreta, no sé qué le diría pero Alicia volteó a verme, me estaba masturbando en forma lenta, no quería acabar, necesitaba desfogarme en el coñito de mi esposa, recién cogido, la vi que asintió con la cabeza y le dijo algo en voz muy baja, no pude alcanzar a oír, eso me molestó más, que mi esposa hablara en forma secreta, me parecía inconcebible, no sé qué le diría pero empezó a penetrarla en forma brutal, escuchaba el sonido de su pelvis chocando duro contra la vagina de Alicia quien empezó a convulsionar y retorcerse de placer.
    
    - Me corro, me corrooo, aghhh, me corrooo, aullaba Alicia.
    
    Eduardo siguió taladrando duro el coño de mi esposa hasta que en una embestida final se la enterró hasta los huevos y se desplomó sobre ella gruñendo, veía como sus nalgas se contraían y expandían, seguramente depositando su semen en el interior de mi esposa, afortunadamente traía puesto un condón y no pudo inundar de esperma las profundidades de mi esposa.
    
    Después de unos segundos se salió de mi esposa, y se quitó el condón, el depósito de semen estaba inflado cono globo, había sido una corrida muy abundante, hizo un nudo y lo tiró a la papelera, se levantó y mi esposa quedó acostada abierta de piernas y tratando de recuperar la respiración, jadeaba.
    
    Era mi turno de disfrutar a mi esposa, me coloqué entre sus piernas y la embestí de un solo estoque, su coño estaba completamente ...
    ... dilatado, dio un gemido cuando la ensarté hasta los huevos, me gustó la sensación, penetrar un coño recién cogido es una sensación diferente, más sensible y caliente, las embestidas empezaron al tiempo que la veía a la cara y le preguntaba si había disfrutado.
    
    - Mucho, fue muy intenso, amor, sigue, métemela duro, aghhh
    
    Estaba embistiendo a mi esposa, cuando siento que algo separa mis nalgas y roza mi orificio anal, apreté las nalgas de la sorpresa y giré la vista, el dedo era de Eduardo que sonreía burlonamente.
    
    - ¿Qué haces? - me quejé.
    
    - Tranquilo, es para darte más placer, tu esposa ha dicho que te gusta sentir un dedo en el culo, que ahí está el punto G, quiero ver como disfrutas.
    
    - Si, pero el de ella, no el tuyo, cabrón
    
    - Relájate, amor, recuerda que así se alcanza el punto G, no pasa nada, ya lo hemos platicado, sólo experimentar nuestros cuerpos con mente abierta, sin tabús- me jaló del cuello y me dio un beso cachondo provocando que inclinara mi cuerpo y mis nalgas quedaran más expuestas.
    
    Intenté relajarme, era difícil con ese dedo extraño explorando mi retaguardia.
    
    Sentí que abría mis nalgas y su dedo frotó mi agujero, el cual se contraía al contacto, una ola de calor invadió mi cuerpo, mi agujero me traicionaba, di un suspiro para evitar gemir y delatar el placer que sentí.
    
    - Mmmm, no tienes ningún pelito, ¿te depilas el culo? -preguntó
    
    - Es lampiño del culo- respondió mi esposa.
    
    - Pues realmente parece culo de nena, cabrón, tienes buen ...
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