1. ¡Yo puedo con los dos!


    Fecha: 19/09/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: SexoVerso, Fuente: CuentoRelatos

    ... estabilidad ante estas embestidas. Ahora si puedo continuar. Al ratito el chico larga unos suspiros, sin embargo, el colega de atrás me sigue dando batalla. Se habrá motivado aún más con la posición en la que quedé, con mis nalgas bien turgentes, eso hace que se prendan como fuego. Si no se controla, él solito se dejaría fuera de juego, así que bien. Lo malo era que en esta posición, con un pene duro como el que tengo enfrente, se hace difícil de manejar e incómodo, con mi frente dándole a ratos golpecitos en el ombligo al chico… ¡Maldición!, esto se está complicando.
    
    ¡Ya!, insisto un poco más pero no puedo metermela mucho y me están por dar unos calambres en el cuello. Decido que es momento de rotar:
    
    —¡Cambio! Ahora vos, bebecito, quiero que me des duro y parejo por mi colita, y vos, loquito, trae tu verga para acá.
    
    «Uy, de una» dijo el zarpadito inquieto. El chico de atrás me daba despacito, acariciándome la espalda, deleitándose con el mujerón que tiene delante suyo. Con el pene largo y flácido del zarpadito no había problema, lo manejaba como una palanca de cambio. Eso sí, no paraba de murmurarme babosadas de calenturiento: «Uy si, mira lo que son esos labios de petera», «uff, lo que estás, así, chupá, cometela toda». Dios mío, prefiero que los hombres así se queden callados, llegó a decirme «ay si, chupame los huevos, comeme las bolas, por favor…». Yo le sonreía con cara de guarra nada más y seguía con mi felatio.
    
    El chico de atrás empezó a darme con un ritmo ...
    ... más firme y duro, aumentando la velocidad pero apenas me dio el gustito porque se salió y eyaculó al poco rato. Me giré y le dije:
    
    —Uy bebé, me dejaste la cola llena de leche, mmm… —y me acaricio la cola.
    
    Él me miró extasiado, completamente rendido. ¡Listo!, el primero ya quedó fuera de juego, ahora me toca encargarme del idiota y ya está.
    
    Prácticamente para mí es misión cumplida, sin su compañero no puede hacerse el vivo ahora, necesita refuerzos. Me acuesto boca arriba, con una almohada para estar bien “agustín”, abro las piernas y lo llamo con el dedo. Se acomoda y empieza a darle, aferrando sus manazas a mis tobillos. Aquí es simple, le hago unos gemidos de actriz porno, como si fuese que me está acabando, se emociona y luego ya es cuestión de recibir su leche para finalizar. Pero no, la cosa es que, sí le excitaban mis sexys jadeos pero no bastaban, tenía práctica el guacho. Lo aguanto un poco para pensar en algo más. Mientras, me toco lascivamente las tetas y le lanzo miradas obscenas. Parece ser que le gustó eso porque se puso como un burro, ¡hasta empezó a bufar y todo! Al ratito, saco su pinga y me regó el abdomen con semen recién horneadito. ¡Aish, pero qué fácil!, bastaba con que le ponga cara de guarra y ya (?). ¡Facilito!, mucho toro pero no aguantó tanto, se quedó rendido en la cama junto a su compañero.
    
    «Si querés usar la ducha no hay problema» me dice el chico tímido y guapo, ahora con una cara seria. Me doy una rica duchita tibia, me visto con mi ...