1. Practicando para mi primer beso


    Fecha: 19/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: rubyg, Fuente: CuentoRelatos

    ... rozándome el pubis. Su dedo corazón recorría de arriba a abajo la longitud de mis labios vaginales, impregnándose en cada pasada con mis fluidos. Cuando estuvo bien mojado se deslizó hacia mi interior, despacio, con suavidad. Dejé escapar un suspiro que Laura ahogó con un beso. Su lengua en mi boca y su dedo en mi vulva me estaban volviendo loca. Instintivamente, mis manos buscaron sus pechos. Esquivando su camiseta intenté torpemente desabrocharle el sujetador pero no supe hacerlo. Me sentí un poco tonta cuando Laura se interrumpió para desabrochárselo ella misma, pero se me pasó enseguida, cuando palpé aquellos enormes pechos perfectos. Eran grandes, redondos, blanditos y muy, muy suaves.
    
    Laura volvió a la carga, esta vez con dos dedos. Sus movimientos ya no eran suaves, sino vigorosos, y yo jadeaba mientras hundía mi cara en sus pechos y pellizcaba sus pezones. De pronto eran tres los dedos que tenía dentro. Se movían hacia adentro y hacia afuera, o hacia arriba y hacia abajo, después a izquierda y a derecha. Pronto sentí como que estallaba de placer. Un nuevo espasmo, mas fuerte que los anteriores, me hizo sacudir violentamente la cadera, al tiempo que un chorrito de pis se me escapaba ...
    ... empapando mis braguitas y mis pantalones.
    
    Laura lamió con entusiasmo sus dedos mojados. Luego se arrodilló en el suelo ante mi. De un movimiento brusco me quitó los pantalones junto con las braguitas, dejándome completamente desnuda. Separó dulcemente mis piernas y hundió su cara entre ellas. Primero olfateó mi entrepierna, luego besó mis muslos. Después de dos orgasmos mi vulva estaba tan sensible que hasta el más leve roce de su lengua hacía que me estremeciera. Su lengua entraba y salía de mi, y de vez en cuando daba se una vuelta por mis labios vaginales. Entonces se centró en lamerme y succionarme el clítoris. Perdí el control de mis caderas, que se sacudían de placer. Mis piernas se cerraron en torno a su cuello, apretando su cabeza contra mi chochito. Mis gemidos se volvieron gritos. No se si estaba teniendo un orgasmo tras otro o un orgasmo increíblemente largo, solo sé que acabé exhausta. Laura se sentó otra vez a mi lado y con un abrazo volvimos a besarnos durante un buen rato en la boca. Ya no sabía a fresa, ahora tenía otro sabor, menos dulce pero más excitante.
    
    –Besas muy bien. ¿Te sientes ya preparada para besar a tu chico?
    
    –No –Respondí. –Creo que necesito practicar más. Mucho más. 
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