1. A veces... sin buscar, se encuentra


    Fecha: 09/10/2023, Categorías: Erotismo y Amor Autor: VoyeurXVII, Fuente: CuentoRelatos

    Un día, como tantos otros, navegaba por esas páginas donde la gente se busca y donde, usualmente, se encuentran.
    
    De repente, me encontré chateando con alguien interesante, con la esperanza de chocarme con una historia que me haga sentir vivo, que me saque de la rutina de todos los días.
    
    Pasé mi foto -la mejor que tengo en mi computadora- sin demasiadas expectativas.
    
    Me llamó la atención por la forma que tenía de escribir acerca de ella misma, no sé cómo explicarlo, pero era espontánea y jovial. Sin embargo, decía tener veinte años más que yo.
    
    Me pregunté si sería un error, y me puse a charlar exclusivamente con ella.
    
    Lucrecia seguía charlando, y seguía levantando todas las barreras. Frente a la duda, la pregunta mágica "y por qué no?", hay alguna razón para no encontrarnos?
    
    Todo fue rapidísimo. Nos intercambiamos teléfonos, y seguimos por el whatsapp.
    
    La charla allí era más fluida. Siempre me gustó hablar con mujeres grandes: no tienen demasiadas dudas, ya saben lo que quieren, pero por sobre todas las cosas, tienen muy claro lo que no quieren. En esa primera charla, era tarde, y le dije “venite” y respondió con evasivas, que sin ser un “no, estás loco”, me dejó muy claro que aún no era el momento.
    
    Sin embargo, al otro día volvimos a coincidir en el mensajero, y noté en su forma de escribir cierto rodeo como quien quiere decir algo, pero quiere ser suave, llevándome sobre el tema... así que acorté el camino y pregunté “querés que vaya?”, dale, me ...
    ... dijo... Allí comenzó a funcionar mi cerebro a mil... ella se encontraba a sesenta kilómetros de mi ciudad, era media tarde, debía resolver tres o cuatro “problemas” para tener hasta la noche libre, pero nada fue obstáculo...
    
    El viaje fue largo, larguísimo... las preguntas más repetidas eran... y si no viene?, y si la foto tiene treinta años? Y si me roban?, pero ya era tarde para esas cuestiones... lo más probable es que nos encontremos, nos gustemos, y nos mimemos un poco, me tranquilizaba.
    
    Llamé por teléfono –tenía su celular- y estaba ocupado. Me metí en un café, y tampoco estaba allí. Volví a llamar, y ahora sí me contestó una voz amigable que me decía... “vos estás en la galería?, por qué no levantás la mirada hacia la calle?”. Allí la pude ver: una hermosa mujer saludándome, con una amplia sonrisa, y acusándome de ansioso, me estaba esperando y nos habíamos desencontrado unos minutos.
    
    Hacía calor e ingresamos a un bar... me pedí una gaseosa con limón, y comenzamos a charlar, a mostrarnos los gustos, a simpatizarnos... me gustaba mucho, no sólo físicamente (es bajita, delgada, bien proporcionada, lleva muy bien sus años, con hidalguía), sino que además, me gustaba la “onda” que se daba entre los dos, así que después de unos minutos de charla, la tomé de la mano y le dije muy claramente “mirá, si seguimos charlando, nos vamos a hacer amigos, y yo no quiero eso, vine a buscar otra cosa”. Se rio, y me reí, pero ambos sabíamos que estaba hablando en serio. Así que ...
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