1. Viuda de García


    Fecha: 15/10/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Inthefeversarms, Fuente: CuentoRelatos

    Permitan que me presente. Mi nombre es Damián. Quería compartir con ustedes la singular y rocambolesca historia de la que fui testigo trabajando como chico de los recados en la pensión que regentaba la Vda. De García en la calle Jacometrezo de Madrid.
    
    Corría el año 2006, contaba ella por entonces con 60 primaveras cumplidas y llevadas con verdadera dignidad. Hacía 5 que regentaba su negocio en solitario tras el fallecimiento de su marido a causa de un cáncer ‘galopante’ en palabras de la susodicha.
    
    Tras haber superado las penurias y miserias iniciales, llegó a un pacto muy decente y provechoso con el Sr. Laredo, un hombre de 72 años que vivía muy cerca de ella y que gozaba de una posición económica muy ventajosa tras haber ejercido la carrera diplomática. Cabe recalcar que dicho hombre no contribuyó solo a llenar la escuálida despensa de la viuda, sino que también solía hacer las delicias de la señora y sus invitados cuando contaba historias sobre los pintorescos lugares donde había sido embajador.
    
    Decidieron sellar su acuerdo matrimonial al poco de conocerse. Ambos eran muy felices juntos y gozaban de una vida apacible, si bien es cierto que el señor me confesó su insatisfacción en lo que a la vida de cama se refería: al parecer, la viuda, con objeto de hacer que su virtud permaneciera intachable, había decidido no consumar su segundo matrimonio y, desde entonces, dormían los esposos en habitaciones separadas.
    
    Yo ofrecí a mi amigo la posibilidad de recrearse en ...
    ... ciertos lupanares donde era conocida mi reputación y no le faltaría de nada, pero reitero que se trataba de un auténtico caballero.
    
    Sucedió entonces que, recuperada la prosperidad y el prestigio de la pensión, solían acudir atraídos por su aire clásico y decadente, numerosos artistas, aspirantes a escritores, bohemios pintores y, hasta algún músico.
    
    Uno de ellos, fue un joven flautista, que deleitaba a los señores con su música las tardes de otoño.
    
    Quiso el Sr. Laredo contribuir a su causa sufragando los gastos de su estancia allí a cambio de que compusiera una pieza inspirada en su bella esposa.
    
    La señora, a pesar de su edad, mantenía una piel tersa y un cuerpo más propio de una mujer veinte o treinta años más joven gracias a su riguroso estilo de vida, todo ello coronado por una larga cabellera sobre la que aplicaba algunos reflejos rubios para tratar de ocultar a la implacable blancura que amenazaba con hacerse perenne en su frente.
    
    El flautista, cumplió con su palabra y dedicó una muy bella melodía a la viuda, la cual agasajó los oídos de los presentes que estaban allí la tarde que decidió que había llegado la hora de compartirla con el mundo.
    
    Agradecidos y reconfortados por la dulzura de la pieza, aquella noche fueron a dormir tarde después de horas de conversación sobre la desarraigada existencia de aquel músico errante.
    
    De madrugada, el señor Laredo se despertó por culpa de unos golpes que provenían de la otra ala de la pensión. Alarmado, salió al ...
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