1. Nada se compara al amor fraternal


    Fecha: 18/10/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... goce encontraba un punto máximo. Rosana no soportaba más la estimulación, sentía que en cualquier momento se vendría como una ola. Las abruptas exhalaciones constantes y los exagerados suspiros de deleite sólo ponían más cachondo a Julio, quien no tenía intenciones de detenerse hasta el final.
    
    La insistente chupada, los dedos que ingresaban al orificio vaginal y los pezones que vibraban al ritmo del rígido juguete, conllevaron al orgasmo más intenso de Rosana. Ella gritó desesperada cuando los jugos de su concha salieron a borbotones. A Julio le sorprendió la ferocidad con la que se había corrido, ni siquiera tuvo tiempo para calcularlo. Quitó la boca y las manos de la zona erógena y la miró con extrañeza.
    
    —Eres una cerda.
    
    —La culpa es tuya por calentarme —farfulló entre resuellos.
    
    —Bueno, supongo que eso fue todo —suspiró con alivio, creyendo que la escena por fin había acabado.
    
    —¿De qué diantres estás hablando? Recién empezamos.
    
    —Si seguimos adelante, esto acabará mal. Y tú sabes bien el riesgo que corremos —le señaló para que no cometieran un craso error del que luego se podían arrepentir de por vida.
    
    —¡Me importa una mierda! —respondió, viéndolo con malos ojos—. A mí me gustó mucho así que lo mejor será proseguir.
    
    —Eh, ahora resulta que tú eres la pajera de la familia.
    
    Después de haber sobrepasado los límites del amor fraternal, Rosana estaba lista para más diversión. Su ávido deseo no podía desvanecerse hasta no haber llegado a la última ...
    ... etapa. Le hizo un vehemente gesto de aprobación y le tocó el rostro con la mano derecha. Ansiosa estaba por experimentar otra suculenta escena.
    
    —Jamás pensé que mi hermana fuese tan sucia —le dijo—. Me he llevado una gran sorpresa el día de hoy.
    
    —Deja de decir tonterías y dame otra chupada. —Levantó la espalda y quedó con las nalgas apoyadas en el centro de la cama.
    
    —Al menos podrías ser más considerada y pagarme por el favor que te hice, ¿no te parece?
    
    —Ah, conque eso es lo que quieres. —Lo miró a los ojos y adivinó lo que deseaba—. Bueno, yo no tengo problema en hacerlo.
    
    —¿Segura?
    
    —Quítate la ropa.
    
    Sin pensarlo dos veces, Julio se puso de pie, se quitó la remera blanca, el pantalón azul de tela flexible y el calzón negro que escondía un legítimo tesoro. Al ver de cerca ese atractivo cuerpo desnudo, Rosana se acordó de Sasuke; es más, ese muchacho se parecía mucho a su hermano, con la única diferencia que él tenía ojos achinados y cabello lacio. Lo primero que examinó fueron esas formidables piernas de atleta cuyos cuádriceps y bíceps femorales estaban bien definidos.
    
    —¿Contenta ya?
    
    —No me dijiste que estabas excitadito —le dijo al ver su erección.
    
    —Fui a darme una ducha y aproveché la oportunidad para jalármela. No conseguí venirme.
    
    —Yo haré que te vengas —le prometió y extendió los brazos para que se acercara a ella.
    
    Julio todavía tenía un poco de vergüenza al estar en pelotas frente a su hermana. Pensaba que lo juzgaría por tener un miembro ...
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