Puta hembra puta maricón - Relatos Eróticos

Puta hembra puta maricón

... ahí cornudo eres una buena putita sumisa lo vamos a pasar bien, continué con mi lengua en aquella zona pasándola por toda su raja incidiendo en su ano donde mi lengua rebuscaba compasión dándome cuenta que aquel esfínter no tenía ninguna resistencia abriéndose como un auténtico coñito.

La mujer jadeaba y suspiraba con fuerza aumentando su vaivén para buscar mi lengua mientras ahora Silvia la chupaba las tetas que se balanceaban como dos campanas.

Con mi lengua clavada en su culo y Silvia comiendo de las tetas la señora consiguió llegar a otro orgasmo mientras los dedos de Silvia se perdían dentro de aquella profunda raja de su coño sacándolos completamente encharcados por aquellos jugos tan abundantes.

La mujer se quedó exhausta se sentó en el sofá intentando recuperar la respiración mientras Silvia relamía los jugos que de aquella concha seguían saliendo en un estado de embriaguez y su visión hacia aquella mujer que a pesar de ser heterosexual disfrutaba de las caricias de mi chica.

Cuando recuperó el aliento nos felicitó por nuestras sumisas leguas momento en que me ordenó a mí dar placer a su hembra refiriéndose a su marido.

Me acerqué al hombre y besándole el torso empecé a acariciarle aunque él no estaba para muchas tonterías y enseguida me obligó a ponerme de rodillas y acto seguido mordisqueando su paquete vi como aumentaba el tamaño de su polla todavía volví a subir hasta su cara para darle un beso de tornillo que duró varios minutos y que fue ...

... aplaudido por Marta ya que esta me dijo que le gustaba mi entrega como buena puta.

Volví a agacharme en busca de aquel Bultó las braguitas ya denotaban una mancha de humedad y cogiendo la braga por ambos costados a la altura de su cadera la deslice hacia abajo viendo saltar una polla cubierta por su piel semiflácida de alrededor de quince cm, mordisqué la punta del pellejo y empecé a chupar desde aquella zona retrayendo su piel hacia atrás hasta que aquella polla empezó a tomar vida por sí sola dejando un bonito capullo brillante a la vista y aumentando tanto en grosor como largura alcanzando no menos de 18 centímetros y un grosor considerable unas pelotas colgantes que pesaban lo suyo que relami agachándome para llegar a ver lo profundo de la raja de su culo que este se paraba con ambas manos como queriéndome enseñar el camino hacia su ano.

Su polla adquirió un buen tamaño y yo estaba degustando la con gusto mientras Silvia también se había dado cuenta de semejante tranca permanecía inmóvil ante lo que yo hacía seguramente pasando una gran envidia por lo que tenía ocupada mi boca.

Marta le comentaba a mi chica lo buena mamona que era y que le encantaban los hombres así de maricones ya que su hombre también lo solía hacer cuando haya la apetecía, Pedro ya estaba muy excitado y su polla estaba que se derretía marcando unas gordas venas y su capullo bien inflamado, este se puso de rodillas sobre el sofá abriendo sus piernas y con ambas manos ofreciéndome su culo.

No había ...