1. Esclavo de Juliana


    Fecha: 28/10/2023, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Primero necesito hablar un poco sobre Ju. Primero, su dulce rostro. Morena, 1,50m de altura, ojos marrones, boquita bonita, una chica para enamorar. No es el tipo "caliente", provocador, sino el tipo que habla en voz baja, incluso pareciendo inocente para los desprevenidos.
    
    A sus pies, necesito dedicar un párrafo. De talla 34, hacen que cualquiera pierda la cabeza. Un pie pequeño color canela, avellana, jugoso. En cada detalle, cada curva, esculpida con mimo, desde el talón redondo hasta los dedos diminutos, tamaños no muy diferentes, pero de una manera que combina con un pie pequeño y dulce como ese. Las uñas, no suele usar esmalte, usa base, y hace el pie para que queden siempre cortas, casi cuadradas.
    
    Y sus plantas... La primera vez que las vi no podía creer lo blancas y suaves que se veían... No es un pie cualquiera, tiene unas características propias, hipnotizadores y, sobre todo, pasional.
    
    Desde que nos conocimos, ella tiene novio. Su nombre es Paulo, más lindo y más fuerte que yo. Los 3 somos compañeros de universidad, hasta que me convertí en esclavo de Ju, como les cuento a continuación.
    
    Estábamos de vacaciones, pero otro grupo y yo estábamos haciendo una pasantía, así que estábamos todos en la ciudad de la Universidad. Un día, la casa de estudiantes donde vivo hizo una pequeña fiesta, muy pequeña, para que la gente bebiera junta. Todos se divirtieron, y al final, yo, dos personas que vivimos aquí, y Juliana, que era amiga nuestra y no quería irse sola a ...
    ... casa de madrugada (Paulo no estaba en el pueblo).
    
    Como siempre estuve un poco enamorado de ella, pero no podía hacer nada, porque estaba saliendo, le ofrecí mi habitación para pasar la noche y puse mis cosas en el sofá de casa (no podía dormir con ella, por supuesto). Así que puso sus cosas en mi mesa y se fue a duchar.
    
    Cuando paso por mi habitación, veo sus chancletas junto a la cama... Eran unas hawaianas de tira fina, azules, con estampados de flores y tiras doradas. Esas chanclas diminutas... No podía, sería arriesgado pero... No podía, eso me estaba llamando demasiado.
    
    Verifiqué que Ju estaba en el baño (puerta al lado de mi habitación), y que los demás residentes estaban en sus respectivas habitaciones. Entré en mi habitación, me arrodillé junto a mi cama y recogí el primer par.
    
    No sabía qué hacer, recordaba mirar los pies que estaban allí durante la fiesta, estaba sumamente excitado, no podía creer que tenía algo en mis manos que estaba en contacto íntimo con una cosa tan pequeña.
    
    Empecé a besarlos. Besé toda la superficie que entra en contacto con sus plantas. No me podía apresurar, cada beso tenía que contener la suavidad y delicadeza que merecían esos pies, y que merecía todo lo que entraba en contacto con ellos.
    
    Pero necesitaba probar más, necesitaba probar cuánto estaba dispuesto a adorar esos pies, necesitaba sentir su presencia allí, no había olor, no había demasiada suciedad en mis labios. Entonces comencé a flexionar la chancleta, tratar de ...
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