La vieja dominante - Relatos Eróticos

La vieja dominante

Una cita que no apareció con la que llevaba tiempo hablando por correos electrónicos habíamos quedado en una cafetería en la que no se hicieron presentes pero sí me estuvieron observando media hora después me fui y durante quince días no supe absolutamente nada de ellos ni por correo ni de ninguna otra forma, pensé que se habían reído de mí como alguna otra vez a todos nos ha pasado.

Quince días después en mi coche había un papelito en el que ponía ( sabemos que te gusta chupar pollas un número de teléfono y el horario al cual llamar ).

Me puse muy nervioso no sabía de qué iba la cosa pero algo si sabían de mí pensé en todo, y me decidí a llamar un sábado por la mañana.

Peor fue cuando no me cogió nadie, alguien sabía cosas sobre mí y lo estaba utilizando para divertirse.

Media hora después de mi llamada recibí un largo WhatsApp dónde se me indicaba todo lo que tenía que hacer y donde presentarme.

A las cuatro de la tarde de aquel sábado estaba frente a donde me habían indicado una urbanización de chalets la puerta estaba abierta y tenía que introducir mi coche.

Llevaba ropa interior femenina un vestido muy ajustado medias calzado de tacón y peluca todo eso por debajo de un chándal que me quité justo en garaje donde me tenía que colocar un collar y unos grilletes en las muñecas.

Cuando ya estaba lista y preparadas se lo hice saber momento en el que desde la misma vivienda se abrió una puerta para que subiese por las indicaciones llegué hasta una ...

... habitación donde se encontraban dicha pareja.

Ella enfundaba en unas botas de charol altas por encima de la rodilla con medias hasta el muslo lencería negra de charol y una peluca de color rojizo y un antifaz que que tapaba ojos parte de la cara y nariz.

Él llevaba un pantalón también tipo charol con la entrepierna abierta y un tanga masculino donde se apreciaba toda la forma de una potente verga su pecho adornado con correas y brazaletes imitando cuero y el mismo antifaz que la mujer.

Fue la mujer la encargada de con unos pequeños candados inmovilizar mis muñecas con una correa a mi collar y a su vez en mis piernas con una barra rígida para que quedasen separadas.

Empezó a estar más nerviosa de lo esperado se suponía que no tenía que abrir la boca y había una palabra clave si quería irme.

Tenía que confiar en que todo saldría bien sin pasarse de la raya.

Las primeras palabras de ella fueron bueno putita estás aquí porque es lo que te gusta y te lo vamos a dar.

El hombre se puso de rodillas al borde de la cama y la mujer tirando de la correa que me sujetaba el cuello me acerco hasta sus nalgas venga guarrilla ya sabes lo que tienes que hacer que no te tenga que dar muchas órdenes porque si no te azotaré.

La mujer con una mano se paró una de las nalgas del hombre y con la otra tiró de mi Correa hacia el culo de este empecé a besar la nalga el principio de su raja hasta que está dándome un buen tirón de Correa me dijo que le hiciese una comida de culo profunda ...