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Me chantajearon
Fecha: 12/10/2018, Categorías: Confesiones Autor: Ortiz, Fuente: CuentoRelatos
Empiezo contándoles que ese viernes cuando sonó el teléfono de la casa en la madrugada, presentí algo malo. Agarro mi esposo y era una llamada de la comisaria de policía diciéndonos que nuestro hijo estaba preso, enseguida nos levantamos y fuimos allí. Me levante y me cepille los dientes agarre un abrigo y salimos rápido así mismo como estábamos, al llegar y preguntar por mi hijo, nos dijeron que, si estaba ahí, y que enseguida nos atendían, pasaron unos minutos y llego un sargento que nos hiso pasar a una oficina y nos explicó que nuestro hijo había participado en una pelea y que habían heridos y que pasaría a la orden de la fiscalía. Le rogué llorando que por favor lo soltara y que pagaríamos la fianza, pero fue inútil él no tenía la potestad de hacerlo era el capitán y que el llegaría más tarde, así que esperando le dije a mi esposo que fuera a la casa y que trajera la chequera y que hiciera café. Así lo hizo, minutos más tarde vuelve a salir el sargento y me vuelve a llamar y me comenta: —Sra. Rodríguez voy a ser claro con usted hay una manera que su hijo salga, y es que usted pase por lo menos una hora íntimamente conmigo a mis deseos. Salte y lo empecé a insultar. —que se ha creído usted, yo soy una mujer decente, está usted loco, es un degenerado, un cochino asqueroso, me niego hacer esa cochinada. El muy calmado me dijo: —entonces Sra. Rodríguez no hay más nada que hablar salga y espere al capitán. Yo salí llorando e indignada por esa ...
... petición asquerosa, que me había hecho ese sargento asqueroso. Afuera sin dejar de llorar, la impotencia y la rabia de saber que podía liberar a mi hijo poniendo al servicio mi cuerpo, me estaba volviendo loca. Yo nunca había estado con otro hombre, y además el aspecto de ese hombre era horrible era de estatura baja, era gordo tenía una barba por lo menos de 2 días y la verdad no olía nada bien. Me tenía que decidir y tener valor para estar con él, antes que llegara mi marido me arme de valor, y lo mande llamar. Entramos otra vez a esa oficina, y me dijo: —bueno Sra. Rodríguez espero no me haga perder más tiempo con boberías. Y le dije que accedería a sus peticiones siempre y cuando se portara como un caballero, se rio y me dijo que así lo haría, llamo a otro oficial diciéndole que no quería que lo molestaran por una hora, y luego cerró la puerta con seguro. —Bueno Sra. Rodríguez espero toda la colaboración suya, quítese el abrigo. La rabia otra vez se apodero de mí, y llorando me quite el abrigo me quedaba una franela y unos shorts cortos, no tenía mi brassier ya que salimos rápido, y con el aire acondicionado y pezones se abultaron y era visible debajo de la franela, me pidió que me la quitara y mis pechos quedaron al descubierto son un poco caídos por mis 43 años de edad, pero me siento bien con ellos, acto seguido me pidió que me quitara el short, y así lo hice me quede en bragas. El exclamo: —Sra. Rodríguez la verdad que usted es un buen manjar ...