Un viaje en el bus
Fecha: 31/10/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
El autobús iba completo, nos apretábamos como podíamos. En cada arranque y parada podía ver como los cuerpos se hacían hacia delante y hacia atrás, tropezándose entre ellos. Además era verano, y el calor que desprendíamos era muy notable. Yo había conseguido ponerme al final, en la esquina y en pie, apoyando la espalda, y ya iba sudando. Volvía a casa después de haber pasado unas horas en la piscina, por lo que llevaba el bañador y una camiseta únicamente, pero aún así el sudor resbalaba por mi cuerpo, estaba deseando salir de allí.
En la siguiente parada bajaron cuatro personas y subieron dos, una de ellas mujer, con unos leggins cortos blancos y una camiseta de tirantes que realzaba su delantera, que era generosa, así como su culo, que era totalmente apreciable con ese pantalón. Pensé en si llevaría tanga o no llevaría nada. Se colocó delante de mí, agarrada a la barra lateral. El bus arrancó y los cuerpos se hicieron hacia atrás por inercia, menos yo, que estaba bien apoyado en la ventanilla. Pero la mujer de los leggins sí retrocedió, dejándome atrapado entre la pared del bus y su hermoso y generoso culo.
Perdona. - Se volvió para disculparse.
Mis pensamientos sobre ella habían hecho despertar mi entrepierna, no con una erección completa, pero sí un bulto notable, que había sido palpado por sus nalgas.
No te preocupes – le dije -, seguimos con vida, que es lo importante. - Y al decir esto ambos sonreímos y ella se volvió mirando hacia delante.
Le miré el ...
... culo, me encantaba, era redondo, respingón, perfecto. Me tentaba la idea de pegarme a él, pero el respeto me lo impedía, aunque era tentador tenerlo a unos cinco centímetros de mí.
En la siguiente parada bajaron dos personas y subieron cuatro, era increíble, me acordaba del camarote de los hermanos Marx, seguramente aquí sí que estaba su tía Tula, entre la multitud.
El bus volvió a arrancar y aquel culo volvió a pegarse a mi, que seguía con la polla semierecta y, además, solamente llevaba el bañador, con lo cual tuvo que notarse. Ella giró la cara hacia mí y sonrió, y yo le devolví la sonrisa, no podíamos hacer otra cosa, si por la inercia del bus nos dábamos algún golpecito, pues se asumía con deportividad. Pero de pronto ella volvió a pegar el culo, esta vez voluntariamente porque no había habido ningún tirón del autobús, y a separarlo rápidamente. Ahora ya no hizo ningún gesto hacia mí, sólo volvió a su posición normal. El golpe a mi me había hecho reacción, mi polla recibió más sangre y se hinchó más, afortunadamente ella me tapaba, porque en este punto el bulto era demasiado notable.
Una nueva parada, bajan dos y suben tres, más agobio. El bus salió y el culo volvió a mí, pero esta vez se quedó y sentí como se agitaba para colocar mi polla en el centro, atrapada. Empezó a moverse suavemente, despacio, dando juego a mi polla que ya era firme. De pronto sentí como me empujaba hacia atrás y me atrapaba entre la pared y su culo, presionándome y moviéndose. Era divino ...