1. Un viaje en el bus


    Fecha: 31/10/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... sentirlo así, íbamos tan ligeros de ropa que el tacto era brutal, y ella se movía con disimulo pero acertadamente.
    
    Estuvimos en ese juego un rato, entonces ella se llevó la mano atrás, haciendo que se rascaba la parte baja de la espalda con el dedo anular, y con los otros buscaba mi polla. Acariciaba la punta con los dedos sobre el bañador. Dejó caer la mano con disimulo y me la recorrió entera de arriba a abajo, hasta apretarme los huevos y volverla a subir. Noté como su mano se coló bajo mi camiseta, sus dedos en la parte baja de mi abdomen, pero buscaban algo, colarse en el bañador. Yo intenté facilitarles el acceso irguiéndome, y ella pudo meter la mano y agarrármela ya al natural. Volvió a pegar el culo y con su mano movía mi polla, restregándosela por sus maravillosos cachetes. Nadie podía ver nada, estábamos tan apretados y los viajeros iban tan agobiados por la gente y el calor, que nos daba cierta libertad de maniobra.
    
    Me estaba haciendo una delicada paja con culo y mano, y yo dejándome llevar encantado de la vida. Entonces la mujer se separó escasos centímetros y me trabó el bañador en las pelotas, dejándome la polla y los huevos al aire libre. Yo estaba muy excitado como para negarme. Me la cogió y la puso en horizontal, apuntando a su culo directamente, empezó a mover el glande arriba y abajo entre sus cachetes, me encantaba el roce. La colocó rígida en horizontal y empujó el culo hacia ella. Mi polla se apretaba entre sus nalgas hacia adentro, sintiendo su ...
    ... agujero ahí, hundiéndose con la presión. Hizo ese gesto de clavársela varias veces, como si le estuviera follando el culo, era maravilloso.
    
    Llevé mi mano izquierda, que la tenía apoyada en la misma barra que ella, a su cadera y apreté. Lentamente la iba bajando, quería comprobar lo húmeda que estaba. Seguí bajando despacio, por si recibía algún rechazo, pero no fue así. Pude llegar a su coño y acariciarlo con los dedos sintiendo que, como había deseado, estaba empapadísimo. Me recreé ahí, la fina tela de su pantalón me permitía notar todo, así que empecé a masajear su clítoris. Sé que le gustó porque acentuó sus movimientos, se la clavaba y también la movía de arriba a abajo.
    
    Tanto roce en el glande y el nivel de excitación eran tales que sentía que, a poco que me lo propusiera, podría correrme. Pero ella tuvo otra idea, y se la coló entre las piernas, por debajo del culo. Sacó la mano de atrás y la puso delante, colocándomela bien entre sus labios, rozando su coño aguado. Empezó a moverse hacia delante y hacia atrás mientras que con su mano apretaba mi polla hacia arriba para sentirla bien. Yo seguía masturbándola, notaba mi glande en mis dedos a cada embestida. Noté que aceleraba el ritmo, sospeché que se avecinaba el orgasmo. Ella giró la cabeza hacia mí y asintió con su cabeza, dándome a entender que sí, que se iba a correr. Mi polla estaba a punto, también quería soltar sus jugos. Me acerqué a su oreja.
    
    Me voy a correr. - Le dije al oído.
    
    Ella giró de nuevo ...