1. El monaguillo


    Fecha: 13/10/2018, Categorías: Gays Autor: Hunter, Fuente: CuentoRelatos

    ... de graduar de la secundaria. Wao, me sorprendo como va soltando todo mientras barre.
    
    Entre charla y charla llegó el momento que me atendieran y le di mi tarjeta para que me llamara por "cualquier cosa". Esos momentos en los que me siento que estoy cazando una presa nueva se me acelera el corazón pero me mantengo tranquilo, pensando en la nueva movida y sin empujar las expectativas para no darme mis estrellones.
    
    Volví al colegio una semana más tarde y ahí estaba Mark, el monaguillo metido a jardinero. Lo volví a saludar rápidamente y le hice seña que me diera una llamadita. Era viernes y el sábado suena mi celular con una perdida de un teléfono público. Luego otra llamada y cuando contesté, Mark preguntándome que si lo podía llamar a su cel porque no tenía saldo.
    
    Lo llamé y quedé en recogerlo en un lugar no muy lejos. Comenzó a llover, un aguacerote que inundaba las calles. Ahí estaba el chico, parado afuera de la estación del metro y mojado, como un gatito callejero. Se subió a mi carro y se echó a reir, como si fuera una gracia que estuviera mojado. Le pregunté que que le pasaba y me indicó que se le había perdido la cartera con su tarjeta del metro y se le ocurrió llamarme para ver si lo auxiliaba. Yo ni corto ni perezoso le digo que en mi apartamento tengo una tarjeta extra y ya que estábamos cerca, podia ir a buscarla.
    
    Llegamos a mi edificio y nos bajamos. Yo mirandolo con unas ganas que no me disimulaba. Apenas entramos me le voy encima y lo agarré contra ...
    ... la pared y lo levanté para meter mi cara en su cuerpecito mojado, tenía un olor a sudor, humedad y hombrecito. Me pegué a su cuerpo y sentí como su verga chocaba contra la mía. Ni siquiera intercambiamos palabras, sabíamos a lo que íbamos.
    
    - Oye, me dice, me vas a ayudar?
    
    - Dale. tu no te preocupes por eso.
    
    Le voy quitando la ropa mojada y le comienzo a lamer el cuello, los brazos, las orejas y meto mi cara en sus axilas. Ufff, que rico, que olor tan delicioso, un chico con humor de chico y tan manejable.
    
    Yo mido 1.75 y peso más de 75 kilos así que con cada agarrada lo levantaba sin problema. Comencé a apretarlo, tal como había soñado. Le zurré la espalda con mis manos y me fijé que le iban quedando las marcas claras en su espalda blanca, pálida.
    
    El solo levantó las manos y se dejaba tocar y acariciar. Nos encueramos del todo y me lo llevo al sofá de la sala. Le paso la mano por la verga. larga y flaca y sin un solo pelito,. Se rasuraba todo, como es la moda . MI pinga estaba un poco velluda así que el contraste era delicioso.
    
    Le agarré la verga y me la metí en la boca.Comencé a mamársela salvajemente, tragándomela hasta casi hacerme vomitar. Mientras tanto le sobaba las bolas, suavecitas, sin vellos, pálidas. Cada vez que me metía la pinga hasta el fondo de mi garganta, Mark suspiraba y gemía., como si nunca le hubieran hecho eso. Me agarraba la nuca y me obligaba a mantener la verga hasta que la sacaba llena de baba.
    
    Eso lo hice mientras le hurgaba las ...