1. El rico culo de una cajera bancaria casada


    Fecha: 05/11/2023, Categorías: Infidelidad Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    ... hora del pueblo donde trabajaba. Ubicado a unos 500 metros menos de altitud y con un clima más cálido. Había decidido pasar sábado y domingo allí para cambiar de aires. A la hora del almuerzo, en el restaurante del hotel, la vi.
    
    Estaba conversando con otra mujer joven, aproximadamente de su misma edad. Ella me vio y me hizo una señal para que me acercara. Fui hacia su mesa, y me presentó a su amiga. Habían ido ambas también a pasar el fin de semana. Coordinamos planes para esa tarde y el día siguiente e hicimos grupo.
    
    En resumen, tarde de tour, noche de cena y unos tragos. Ya con varios encima, en un momento que su amiga fue al baño, le dije “quiero dormir contigo”. Ella sin medias tintas me respondió “yo también”. Le pregunté por su amiga y me dijo “tranquillo, ella sabe que me gustas”.
    
    Regresó su amiga. Se dio cuenta lo que pasaba. Tomamos una ronda más y fuimos los tres hacia las habitaciones. El hostal tenía sólo dos pisos y estábamos en el mismo. La amiga entró a la habitación que compartían y Andrea se vino conmigo a la habitación.
    
    Me besó salvajemente, con una fiereza propia de quien moría de ganas por coger. La tiré a la cama. Me desvestí rápidamente. Ella no se sacó nada. Me puse al borde de la cama, con mi verga hacia su cara. La mamó con ansías, con mi mano desabroché su jean y con ayuda de sus piernas lo bajé. Quedó en una linda tanga de lencería, quizás regalo de su enamorado esposo, pues de esas no vendían en el pueblo.
    
    Por sobre la tanga ...
    ... sentí la humedad brutal de su coño. Mientras me la mamaba, la puse de costado e introduje dos dedos que nadaron dentro de ella. Al masturbarla ella empezó a gemir diciendo “me encanta, me encanta”. Quise separarme de ella y cogerla ya y ella me dijo “no, córreme”.
    
    Era delicioso que me la mame, de pie junto a su cabeza y masturbarla. Seguí y en unos minutos, ya con cuatro dedos nadando en su humedad, ella llegó. Yo seguía al palo, sin llegar.
    
    Ella soltó mi verga y me acomodé sobre ella y la penetré. Estaba salvajemente húmeda. La puse boca abajo. Baje besando su cuello y luego su espalda. Seguí bajando, besé y lamí sus nalgas. Las separé y comencé a lamerle el culo. Se veía muy muy cerrado. Podría haber dicho virgen. Pero la forma en la que gemía y disfrutaba me hizo pensar que le gustaba ser enculada.
    
    Subí sobre ella. Puse la verga en su ano. Ella me dijo “no, por favor no, mi esposo no me lo hace por allí”. Eso me terminó de poner a mil. El “mi esposo no me lo hace por allí” confirmaba mi sabia hipótesis que si lo había hecho por el culo y le daba el morbo brutal adicional de que su marido, el niñato rico del pueblo, no la enculaba. Sin esperar más palabras empecé a empujarla dentro de su ano.
    
    La sentí gemir y casi gritar, de dolor y de placer. Años que ese culo no había sido usado. Quizás por alguno o algunos de sus novios antes de casarse, pero en el matri y con su dulce niñato rico, virgen anal por un tiempo.
    
    - Que rico culo tienes amor
    
    - Ay me duele, me ...