1. Mi adorado tío


    Fecha: 12/11/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: siluetas, Fuente: CuentoRelatos

    ... decisión.
    
    —Ven —dijo con firmeza, pero con un tono casi suplicante.
    
    Me hizo que subiera al auto. Sin que yo le guiara esta vez, empezó a manejar hacia un sector en las afueras de la ciudad, donde había un autohotel. Casi por instinto, divagó hasta que se detuvo frente a un apartamento.
    
    —¿Cómo conoces este lugar? —pregunté.
    
    —Vine aquí la última vez. Pero no creí que desearía regresar.
    
    —Pero… ¿Estás seguro de que deberíamos…?
    
    —Yo estoy más que seguro. Así que solo necesito saber si tú lo estás.
    
    No emití respuesta alguna. Solo le seguí.
    
    Ya en la habitación, tomó unos segundos para observarme frente a frente.
    
    Luego, pronunció: —Si lo deseas, puedes llamarme Saúl, nada más.
    
    —Sí. Eso creo. Saúl.
    
    Con timidez, sabiendo lo que iba a terminar significando, nos besamos otra vez, y con el doble de pasión que en el restaurante. Sin separar nuestros labios, pude sentir sus manos bajando desde mi espalda hacia mi trasero, y hacer círculos para disfrutar la firmeza de mis anchos glúteos. Dejé de abrazarle, y con ambas manos empecé a soltar los tirantes de mi vestido, para dejarlo caer y mostrarme ante Saúl en ropa interior blanca. Al verme así, dejó de besarme y se detuvo a admirar mi físico. Senos grandes. Piernas largas. Yo ya no era ni la sombra de la niña que él conoció. Ahora era una mujer, y una que deseaba ser amada por ese espectacular hombre.
    
    Sin que él me lo pidiera, me puse de rodillas frente a él y empecé a desabrochar su pantalón. No podía ...
    ... contener mi emoción al descubrir que su miembro era tan grande como lo imaginé. Empecé a chupar la punta y poco a poco fui yendo más profundo, desafiando la capacidad de mi garganta. Escuché como gemía y decía mi nombre cada vez más fuerte. Fui aumentando la velocidad y la fuerza de mi succión, decidida a volverlo loco de placer. En un momento me tomó de la cabeza para obligarme a ir aún más profundo, a lo cual no puse nada de resistencia.
    
    —M… Me vengo… —dijo entonces. Aun cuando pude separarme, no evité que un chorro de su caliente semen salpicara mi rostro y mis pechos. Fue una sensación inigualable, tanto por ser ardiente como por prohibida. Mi amado Saul me contempló maravillado.
    
    —Preciosa… Me encanta como te ves así —confesó, mientras yo me limpiaba el rostro y alcanzaba a saborear los jugos de mi tío. Quizás había algo de magia en su semen, ya que con cada probada, me sentía más y más atraída por él. Lo veía más hermoso, masculino y fuerte a cada segundo. Lo deseaba. Supuse que él experimentaba lo mismo, ya que su gran pene no tardó en ponerse rígido como piedra de nuevo.
    
    —Te amo —terminé confesando.
    
    —Y yo a ti, nena. Siempre imaginé que estabas destinada a convertirte en una mujer sensual, en una fiera apasionada. Y no me equivoqué.
    
    —¿Y que piensas hacer ahora con tu fiera apasionada? —pregunté con una sonrisa pícara. Él sonrió de igual forma, y me tumbó a la alfombra.
    
    Procedió a quitarme las bragas, y yo correspondí removiendo mi sostén para liberar mis ...