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El jefe de su marido (tercer capítulo)
Fecha: 20/11/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos
... coño. - Súbete a la cama y quítame la toalla.- obedeció lo que ese señor le dijo y se subió a la cama, muy nerviosa le quitó la toalla. Miraba hacia la pared evitando mirar el sexo de aquel viejo. – Mira mi polla. – poco a poco bajó la cabeza y miró aquel sexo varonil. Era de tamaño normal pero se quedó asustada al ver su grosor y su color más oscuro que el resto de su cuerpo – La ves? – Silvia solo pudo afirmar con la cabeza – Te gusta? - A mi solo me gusta la de mi marido. - Estoy seguro que tu marido ni sabe tocarte. Por que crees que te has corrido como una cerda conmigo? - No diga esas cosas por favor. - Has sido tú la que me dijo que nunca te habías corrido como ayer. Acaso miento? - No. No miente – odiaba tener que reconocerle esas cosas pero no quería enfadarlo y sabía que ella se lo había dicho. - Agarra mi polla – la mano rodeo aquel sexo tan grueso y estaba totalmente duro. Sus dedos no podían rodearla toda debido a su grosor. – La de tu marido es así de gorda? – ella negó con la cabeza. – Hazme una paja Silvia. Comenzó a mover su mano con timidez masturbando aquella gorda polla de la que sentía sus gruesas venas en sus dedos. Estaba durísima y muy caliente y mientras la masturbaba no podía quitar la mirada de ella. Cuando bajaba la mano se quedaba absorta mirando asomar su grueso glande y le asombraba lo oscuro que era y como brillaba por la humedad. Con mucha vergüenza sintió que aquella polla de aquel viejo le llamaba la atención. Se ...
... negaba a sentir eso obligándose a recordar que esa polla no era la de su marido, sino la de un viejo odioso que la humillaba por sus necesidades económicas. Pero su coño no entendía de amor ni del carácter de las personas, no entendía de edades y estaba mojándose muchísimo como cuando ese cabrón lo acariciaba, su coño sentía que esa persona que lo había hecho estallar en unos orgasmos inexplicables estaba allí al lado y sentía que ese señor lo estaba mirando en esos momentos y ajeno a su dueña deseaba hacerle saber a ese hombre que deseaba ser tocado de nuevo por él. Silvia sintió como su sexo ignoraba sus súplicas porque no sintiera aquello. Cerró las piernas al sentir que sus flujos se derramaban gota a gota sobre la colcha de esa cama, pero era inútil ese acto de ocultar lo que le estaba pasando a su cuerpo porque ese hombre no había dejado de mirar entre sus piernas en ningún momento. - Abre las piernas. - No por favor - Ábrelas o vístete y no vuelvas. Silvia abrió sus piernas y se sintió de nuevo humillada de que ese hombre se diera cuenta de lo que le estaba pasando. - Ahora mismo somos una mujer y un hombre. Olvida todo lo que pase en el exterior, olvida quién soy y haz lo que desees. - No soy capaz – ella seguía masturbando aquella polla que generaba en ella tantas sensaciones encontradas. - Si que eres capaz Silvia. Haz lo que desees. Olvida por unos instantes quien soy. Silvia se movió un poco y ese hombre se quedó expectante para saber los ...