1. El reloj de arena


    Fecha: 23/11/2023, Categorías: Hetero Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... todo su calor mientras yo le acariciaba los costados y la cintura hasta que llegó un momento en que echándose hacia delante acercó sus labios a mi oído y sin dejar de moverse, con la respiración entrecortada, me dijo que iba a correrse.
    
    La besé, me perdí entre sus cabellos, jadeando, acariciando su cuerpo y sintiéndome completamente dentro de ella, hinchadísimo, endurecido, caliente… Acerqué como ella mis labios a su oreja y le pregunte si quería terminar en mi boca, permitiéndome probar su orgasmo, que intentaría con todo mi empeño que fuera intenso.
    
    – Solo tienes que posar tu sexo sobre mis labios y dejarme disfrutar de ello. – Le sugerí en voz bajita.
    
    Parece que la idea le sedujo, así que sosteniendo la base de mi miembro entre sus dedos se lo sacó despacio y, aun estando sobre mí, acercó su sexo hasta mis labios, lo abrió un poco para que pudiera lamerlo con mas facilidad y me dejó espacio para que acompañara las caricias de mi boca con el movimiento de mis dedos dentro y fuera de ella.
    
    Se movía sobre mí, rozándose con mi lengua que en ese momento era solo para ella, dejando que cogiera su clítoris con mis labios y saboreara y besara con deseo mientras la acariciaba, acercándola para que mis labios no se detuvieran en su cometido ni un instante. Mi amiga respiraba y echaba la cabeza hacia atrás, dejándome ver su cuerpo moviéndose sobre mi desde esa posición privilegiada.
    
    De pronto girándose un poco cogió mi pene y empezó a masajearlo con sus dedos. Giraba ...
    ... la yema de su pulgar sobre mi glande y luego recorría todo el tronco dejándolo deslizarse entre su mano. Me miró mientras yo saboreaba hasta el último milímetro de su clítoris y la acariciaba por dentro con mis dedos dejando la otra mano para acariciar su cintura y no dejar que se apartara de mi boca y, de pronto, empezó a correrse.
    
    Me había estado aguantando para coincidir en lo posible con ella y me pareció un gran momento para dejarme llevar. Mientras notaba sus espasmos y un pequeño temblor en su cuerpo por el orgasmo, tuve yo otro con las caricias que su mano no dejó de dedicarme. Descargue algunos chorros calientes que bañaron sus dedos mientras mis labios en forma de “o” absorbían su clítoris y mis dedos terminaban de moverse al ver que ella había terminado.
    
    Quedamos a gusto, pero yo al menos aun la deseaba. Era increíble ver su sonrisa y sentirla relajada después de ver como tenía un orgasmo que quise sentir como dedicado “solo para mi”. Acariciarla, besarla para hacer que se calmara, contemplarla y sentir el tacto de su piel o su pelo era todo lo que quería en ese momento. Terminó acurrucada entre mis brazos, respirando cada vez más lento y lamentando que tuviera que marcharse pronto y no hubiera tiempo para repetir.
    
    A veces me hablaba, luego me miraba, me sonreía y me daba un beso corto antes de volver acomodarse, con sus piernas abrazándose a las mías.
    
    Hablamos de la próxima vez.
    
    – Sería perfecto que cuando te marches, yo coloque el reloj de arena y ...
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