1. Sorprendiendo a mi esposa


    Fecha: 25/11/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Juan m 8722, Fuente: CuentoRelatos

    Ese día decidí salir temprano de mi trabajo, ir a mi hogar, sorprender a mi esposa y pasar la tarde juntos. Para esto pedí permiso a mi jefe. Con la excusa de tener que realizar un trámite bancario impostergable, conseguí mi cometido. Apenas pasado en medio día ya me encontraba tomando la autopista de vuelta hacia mi domicilio. El día era perfecto, soleado y sin nubes a la vista. La ruta semivacía hacía que el viaje fuera perfecto.
    
    Completamente entusiasmado por el plan, decidí llamar por teléfono a mi esposa Romina. Efectué dos llamadas, pero en ninguna pude dar con ella. Imaginé que debía estar bañándose o quizá durmiendo una siesta. Algo que era normal en ella durante esas horas del día. Para no levantar sospecha dejé el auto a unos metros de nuestro hogar y así hacer el último tramo a pie. Sigilosamente, abrí la puerta para no delatarme. Ya dentro de mi hogar, descubro que mi esposa no se encontraba en la planta baja. Seguramente estaba en nuestra habitación en el primer piso.
    
    Cuidadosamente, subí las escaleras, casi en puntas de pie, para causar el menor ruido posible. Al llegar a los últimos escalones comencé a percibir unos ruidos muy extraños. Parecían golpes de martillo sobre la pared. Los cuales iban aumentando su intensidad y frecuencia. Adentrándome en el pasillo pude ver la ropa que usa mi esposa usualmente en la casa desperdigada a lo largo del mismo. Unos calcetines y sus pantalones yacían desparramados en el suelo. Mis pasos se dirigían a nuestra ...
    ... habitación de donde parecían provenir esos incesantes estruendos. La puerta de la habitación estaba entreabierta. La misma parecía ser el final de este tendal de ropa desparramada donde extrañamente había un bóxer y un pantalón de hombre que no era de mi propiedad.
    
    La sorpresa me tenía de rehén. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo pensando lo peor. Miles de ideas locas y preguntas sin respuesta circulaban por mi mente. El asombro y el descreimiento de lo que había detrás de esa puerta perturbaba mi psiquis terriblemente. Parado inmóvil frente a esta puerta, los segundos se me hacían eternos.
    
    –¡No! ¡No pares! ¡No pares, mi amor! ¡Eres muy rudo con tu putita! Oí afirmar a mi esposa.
    
    –¿Te gusta que te pegue? ¿Te gusta así? ¡Plaf! ¡Plof! ¡Plum! ¡Por ser una mujerzuela! Decía una voz masculina la cual descargaba una ráfaga de violentos chirlos que impactaban de lleno sobre las nalgas de Romina.
    
    –¡Sí, así! ¡Sí, por favor! ¡Soy tuya, toda tuya! Exclamaba la infiel mujer. Romina mantenía relaciones sexuales con otro hombre a escasos centímetros de mí. Parecía calentarle de sobremanera que este la denigre y le falte el respeto. Comencé a sentir que mi matrimonio y toda mi vida se venían a pique, pero por alguna razón seguía oyendo esos tan humillantes diálogos.
    
    –¡Ponte de perrito, te voy a dar por el culo! Ordenó el viril amante.
    
    –¿por mi colita? ¿Decís que todo eso me va a caber? ¿No me vas a hacer doler? Preguntó Romina de forma inocente pero muy sumisa.
    
    –¡No te va a ...
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