Sorprendiendo a mi esposa
Fecha: 25/11/2023,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Juan m 8722, Fuente: CuentoRelatos
... pasar nada, zorrita! ¡Quédate tranquila! Respondió entre risas este hombre. Con la punta de mi pie empujé la puerta para tener una mejor visual de como este hombre iba a propinarle sexo anal a mi mujer. Romina estaba en la posición de perrito sobre la cama, completamente desnuda. Con sus dos manos se aferraba de la cabecera de la cama. Su hombre trabajaba desde atrás para poco a poco ir introduciendo su largo rabo dentro de su pequeño culo.
–¡Para por favor, me arde! ¡Me arde mucho! ¡Despacio! ¡Más despacio, por favor! Suplicaba. Sonidos parecidos a flatulencias provenientes de la apertura del culo de Romina se mezclaban con sus gemidos asmáticos adornando la escena. Mientras esté hombre, hurgaba en lo profundo de la cola de mi mujer.
–¡Uf!, ¡ay! ¡Uf! ¡Me estás rompiendo la cola! ¡Con esa verga hermosa! Este fulano sobre mi cama matrimonial, propinaba duro sexo anal a mi esposa como si esta fuera una golfa de las más baratas.
–¡Tranquila putita! ¡Ya entro toda, bebé! Decía mientras se balanceaba rápidamente ensañado con el pequeño agujero de mi mujer.
–¡Sí, mi hombre! ¡Sí, así! ¡No me lo saques! ¡Me estás rompiendo en trasero y me encanta! ¡La tenéis como un burro! Confesaba Romina.
–¿Así de fácil le entregas el culo a tu marido? Pregunto el macho de mi mujer. Cada empujón de este hacía gozar a Romina como nunca.
–¡No, él cree que soy una señora y me respeta!, ¡No me coge como una cualquiera!, ¡No me coge como vos! ¡No me coge como un macho! Decía mi mujer. ...
... El recto de Romina se estiraba por completo por este varón, el cual no la perdonaba ni por un segundo, enterrándose más y más en ella.
–¡Es tonto, la tiene corta y chiquita! Fogoneaba el corneador entre risas. Cada impulso monumental de este potro salvaje hacía chocar la cama contra la pared y trinar el somier de forma única.
–¡Sí! ¡Así! ¡Más! ¡Hazme cagar para adentro! ¡Dámela toda! Gritaba Romina a viva voz.
–¡Muévete! ¡Puta muévete! ¡Gana tu dinero! Ordenaba imperiosamente el dueño del culo de mi mujer.
–¡Me estás haciendo comer carne por la cola! ¡Soy tuya! ¡Soy tu puta dame más duro! Rogaba la muy zorra.
Estos dichos hirieron mi orgullo de manera certera. Enojándome de forma desmedida, no podía tolerar tanta infamia y faltas de respeto en mi propio hogar. Así que de una patada violenta termine de abrir la puerta, entre a mi habitación donde estaban haciendo gozar por el culo a mi mujer al grito de:
–¿Qué dijiste puta de mierda? ¿Quién es este imbécil? Pregunté. Increpando a Romina.
–¡Pará! ¡Mi amor! ¡Tranquilízate! ¡Te lo puedo explicar! Dijo ella. Intentando explicar algo.
–¡Cerra el culo, puta de mierda, algo que a esta altura va a ser difícil! Contraataqué sin vueltas.
Gritaba y los insultaba, mientras ambos buscaban su ropa. Lejos de calmarme, comencé una pelea con el amante de mi mujer, el cual estaba desnudo. Cruzamos empujones, patadas y golpes de puño de los cuales pude acertar algunos. Pero él era muy ágil, luego de un round de batalla ...