Mi pervertidor - 3ra parte
Fecha: 13/10/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Tranyarlethe, Fuente: SexoSinTabues
... metía el segundo y repitió el tratamiento, luego ya eran tres y fue ahí comencé a sentir dolor y lo notó, me dijo que si aún no me la metía y ya estaba chillando ni iba a aguantar ni la puntita. Su verga cada vez estaba más hinchada por acción de la liga que se había puesto y sus huevos también amarrados se veían sumamente antojables y no me contuve, los bese los chupe y los pase por todo mi rostro y eso un sonido de un golpe se escuchó haciendo me saltar de la impresión y de ese ardor que te provoca un nalgada. Metió ambos pulgares en mi pequeño orificio y con sus manos abría mis cachetes para acostumbrarme a lo que venía. Estando así montada sobre él, fue llevando mis caderas hasta quedar encima de su verga ya bastante lubricada con mi saliva. Me dio varios golpecitos en mis nalgas con su verga dura y luego la empujo en mi entrada hasta que sentí como su gran cabeza iba entrando, esta vez su verga estaba más hinchada de lo común y no fue como las otras veces que una vez entrando la cabeza, lo demás me entraba fácil. Todo el tronco iba entrando despacio y abriéndose espacio en mis entrañas, sentía todas las paredes de mi recto en contacto con su piel hasta que por fin sentí llegar a su pelvis, yo quería moverme pero él me detuvo por un momento y luego comenzó a moverme con sus manos al ritmo que él marcaba, sentía que los cabellos se me ponían de punta y cada vez gemía más fuerte, movió mis piernas para que queramos de frente y me dijo que ahora podía darme los sentones que ...
... quisiera, yo ni tarde ni perezosa comencé a cabalgar esa rica tranca, la sacaba toda para dejarme car sobre ella y él solo con las manos en mis tetillas suspirando con esa respiración ronca de un macho excitado. Nos levantamos y me llevó a cuarto, cuando iba caminando me levanto la fada y yo como toda una zorra moví más mis caderas contoneándome para provocar a mi macho, a la entrada de su habitación me detuvo y apenas me inclinó un poquito y me volvió a penetrar así de pie. Me dijo que si lograba llegar a la cama sin sacarme su verga de mi culo me daría un regalo y así lo hice daba pasos pequeños y pegaba mis caderas a su pelvis para no dejar escapar de mi interior aquella deliciosa barra de carne. Por fin llegamos al borde de la cama y solo puso mis piernas sobre la esquina, me tomo de los hombros y comenzó a empujar con una fuerza descomunal, se escuchaba como su pelvis golpeaba mis nalgas, y gritos de verdadero placer salían de mi garganta, me sacudía todo el cuerpo con cada embestida y comenzaba a sentir una extraña sensación en mis entrañas, era como esa sensación que tienes al masturbarte pero provocada desde el interior, mis ojos se volteaba hacia atrás, apretaba el esfínter y la sensación se agudizaba llegando al punto de no poder conterme mas y comencé a eyacular sin siquiera tocarme el pene. Fue una lluvia de sensaciones, mis piernas temblaron y mi ano se contraía y se expandía por sí solo, todo mi estómago tenía contracciones y los chorros de mi pene parecían no ...