1. Armandito, camioneta, sótano en Plaza Cuernavaca


    Fecha: 26/11/2023, Categorías: Hetero Autor: Alexa, Fuente: CuentoRelatos

    ¡Hola! Soy Alejandra, Alexa para los que ya han leído mis más de 30-35 relatos, soy mexicana de ya 26 añitos y actualmente estudio mi maestría en Contabilidad en Quintana Roo. Soy morenita clara, cabello largo negro, tengo unos senos ahora si ya medianos tirándole a grandes jaja con esta pandemia ya soy gordibuena pero siguen estando duritos en su lugar, acinturada y lo que más me gusta y me chulean son las nalgas y las piernas, modestia aparte, si tengo unas nalgas muy lindas, me veo más culona. No me siento bonita, pero si atractiva, ya que mi 1.75 de altura más unos lindos tacones pues de verdad sobresalgo a donde me paro, además ya regresé al gym ya que me hace falta pero pronto estaré en mi excelente forma y marcadita.
    
    Este relato paso hace unos 8 años, tenía yo mis 18 añitos, estaba en Cuernavaca con mis papas desayunando cuando recibí una llamada de mi Armandito, que aunque ya habíamos tenido nuestros quereres y habíamos cogido un par de veces, aún me gustaba limitarlo pero quería que ya ese margen fuera mínimo, además en ese entonces yo tenía novio.
    
    Había quedado de verse con unos amigos en Plaza Cuernavaca por la tarde, la casa de mis papas esta adelante como a 20-25 minutos todavía pasando Cuernavaca. Alrededor de las cinco de la tarde llegó en su camionetota SRT8 que tenía, negra hermosa que me encantaba. Entré a la camioneta, olía a nueva, yo llevaba un short cortito de esos a la altura de la división de la nalga con la pierna y me puse una blusita holgada ...
    ... cortita, cortita, que dejaba ver el top de mi bikini debajo. El vestía con una bermuda beige de constructor y una playerita azul, ambos en sandalias. Para como me vio salir sin duda no pasé inadvertida para sus ojitos que me miraban con deseo y lujuria, mientras me subí y acomodaba en el asiento notaba como me estaba escaneando de arriba a abajo, y como se detenía en mis tetas claro antes de saludarme con un beso de piquito para empezar sin pena.
    
    Entre nosotros siempre existió cierta tensión sexual que no terminábamos de resolver, mucha broma sexual, mucho tonteo, mucho toqueteo, habíamos cogido un par de veces, pero nada más no nos dejábamos entregar al placer a plenitud. Arrancó el motor y nos dirigimos a la Plaza, me empezó a decir lo guapa y sexy que iba, a mí me encantaba escucharlo decirme cosas lindas. No miraba, admiraba mis piernas y como mi blusita era grande holgada y solo traía el bikini pues me miraba las tetas a plenitud, aprovechaba todos los topes y lugares donde se tenía que detener por completo para chulearme de arriba abajo, mi primer y segundo objetivo los había alcanzado que era gustarme a mí y de paso a él. Mientras el manejaba note como algo crecía dentro de esa bermudas, sin duda ahí se escondía esa buena verga que él tenía. Con descaro le mire el paquete, él notaba que yo se lo estaba viendo. Antes de entrar en la autopista cuando me preguntó entre una pícara sonrisa, que si además de mirar quería tocar. Ni corta ni perezosa, me quité el cinturón de ...
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