Sebastián y su gran pene
Fecha: 27/11/2023,
Categorías:
Sexo Oral
Autor: carogonza80, Fuente: CuentoRelatos
... -pero… estás casada!
Pero me gustas y mi pareja no está. Arremetí.
Al alcanzarle la taza me incliné un poco más para que mi escote mostrara mi falta de sostén.
Su mirada quemó mis pechos. Cruzamos miradas y sonrisas y un beso húmedo se coló entre nosotros.
Y fue solo eso, un beso.
Mi pareja estaba próxima a llegar y las niñas aparecían por la cocina para despedirse por fin.
A la mañana siguiente nos encontramos de nuevo en la escuela, nos saludamos como siempre, delante de nuestras hijas, de manera correcta, ignorando el beso de la noche anterior.
De regreso a mi casa, recibo un mensaje de Sebas en el que me pedía vernos en su consultorio.
Quiero hablar: -me dijo.
Acordamos una cita, llegué puntual, perfumada y con ganas de ver que ocultaba ese ambo debajo.
Me senté en un cómodo sillón de la sala de espera, aguardando el momento de quedarnos a solas.
Cuando su última paciente se retiró del lugar, Sebas cerró la puerta con llave y se sentó a mi lado, en el sillón.
Coloque mi mano sobre su pierna y note como se tensionaba.
No teníamos nada para decirnos, las palabras sobraban.
Apoyó su mano sobre la mía y las llevó a su entrepierna, -mira!- me dijo.
Estaba excitado, su pene duro lo demostraba.
Introduje mi mano por debajo de su ropa, y toque su verga caliente, húmeda.
¡Cómo me calentaba ese hombre!
Me coloque de rodillas, frente a él, desnude la parte inferior de su cuerpo y comencé a practicarle sexo oral.
Cerró ...
... sus ojos, mordió su labio inferior y apoyó su cabeza en la pared, mientras chupaba su pija, podía ver su cara de placer.
Apreté su miembro fuerte con mi mano y comencé a besar todo su pene, me lo introduje en la boca, y comencé a practicarle sexo oral, recorriendo con mi lengua su verga dura.
¡Para!- me dijo mientras sostenía mi cabeza.
No paré, seguí chupándola. Un exquisito líquido blanquecino inundó mi boca, saboreándolo aún me puse de pie, apoyándome sobre sus piernas con mis manos, me incliné para besarlo.
Estaba toda mojada, muy excitada pero su próximo paciente estaba al caer.
Después hablamos.- le dije y me fui muy caliente.
Se quedó en esa misma posición, en el sillón de la sala de espera, solo me miró al irme con una sonrisa de placer en su hermosa cara.
En los días siguientes nos vimos en la escuela, al retirar a nuestros hijos, la atracción era muy intensa pero nos comportamos muy bien, disimulando ante el resto, solo nos saludábamos con un beso en la mejilla, como olvidando el sexo oral pasado.
Aunque durante el resto de los días los mensajes hot no dejaban que la calentura disminuyera, no volvimos a vernos a solas.
Nuestros encuentros siempre eran con nuestros hijos de por medio.
Al cabo de dos semanas nuestras ganas mutuas de volver a encontrarnos a solas y nuestras calenturas aumentaban. Ya eran incontrolables.
Le conté a mi amiga de los chats, del sexo oral en su consultorio y de la imposibilidad de volver a vernos sin ser ...