Devorado como un cordero
Fecha: 29/11/2023,
Categorías:
Hetero
Autor: Sicutta, Fuente: CuentoRelatos
Llevamos varios meses sin vernos por su viaje a Chile y un día después de varios intentos al fin logramos encontrarnos.
A la misma hora de siempre llego a su departamento, esta vez tiene que bajar a abrirme porque cambiaron las reglas del edificio, la espera me genero ansiedad y el nudo en el estómago que no puedo evitar en estos encuentros.
El portero y otra persona me inquietan hasta que al fin la veo salir del ascensor.
Me pareció más flaca y con sus piernas aún más largas, tiene puesto un vestido negro aunque suelto no puede ocultar sus grandes senos, su pelo desordenado como siempre y sus grandes ojos negros.
Me hace una seña y voy.
Subimos por el ascensor del frente que lleva al otro ingreso que tiene el departamento.
El ascensor es muy pequeño estamos muy cerca me mira fijo jugando con su sonrisa y haciendo muecas, muestra su boca de buzón, se muerde el labio inferior y roza su mano apenas por el bulto de mi pantalón que comienza a tomar consistencia.
Entramos al departamento por la cocina y luego pasamos al comedor que está totalmente vacío, ya no tiene el sillón, ni la lámpara de luces rojas en piso.
-Veni pasa!! Me invita a su habitación.
Mientras escribo resuena en mi cabeza su voz. Ella no paraba de hablar y contarme historias de su viaje, algunas las conocía de por haber leído su blog de relatos eróticos.
Ya en la habitación me llama mucho la atención un sillón de cuero ecológico blanco muy grande, antiguo como el sillón ...
... presidencial.
Pequeños picos, su vientre que se mueve lentamente apoyado en mi ya abultado pantalón, me abraza con sus brazos por arriba de mis hombros y no puedo dejar de mirar sus labios que ahora están ocupados con su dedo índice, el mismo gesto que tiene en su foto de perfil.
-Ahora vuelvo. Me dice.
No tiene sentido que me quede con la ropa puesta la erección que me provoca esta mujer no puede ser contenida por mi pantalón.
La espero sentado en el sillón blanco, desnudo con la pija mirando el techo me tiro hacia atrás apoyando mi cabeza sobre el gran respaldo. “Reposando como un Rey” ella escribió alguna vez en un relato sobre un encuentro nuestro.
Haciendo un paso de baile estirando la pierna y levantando los brazos hace su aparición con un vestido hecho de un hilo negro formando rombos, ajustando sus tetas naturalmente operadas que quieren escapar entre los hilos. Sus pezones grandes del tamaño de la tapa de un frasco de mermelada ocupan varios rombos.
Sigo en el sillón y ella comienza a caminar lentamente rodeando la cama hasta llegar a la mesita donde tiene dos copas. Lamento no poder tomar con ella luego tendré que seguir con mi rutina, sirve Chandon y sensualmente retoma el camino con su copa en la mano en busca de su presa. Ya está arrodillada frente al fierro, apoya la copa en el piso y agarra el pedazo hirviente con una mano desde el tronco, con la otra mano apoyada en mi pecho me guía suavemente hacia atrás. Besa mis bolas aprisionadas por la terrible ...