1. En la oficina [H]


    Fecha: 30/11/2023, Categorías: Hetero Autor: tonisex, Fuente: RelatosEróticos

    ... brevemente para lamer la punta de mi erección. Nunca había visto tanta sensualidad en un acto tan sencillo. Pensé que iba a venirme, pues a cada lamida, mi pene expulsaba un poco más de lubricante natural que parecía no estar lejos de convertirse en esperma. Intercalaba sus lamidas con gemidos, y sus manos se aferraban con fuerza a mis nalgas. Los breves gemidos que dejé escapar fueron para ella la señal del cambio de estación, y en un solo movimiento devoró por completo mi longitud, manteniéndola en el fondo de su boca.
    
    Sentía la gloria. El movimiento de su garganta sobre mi pene me estimulaba como nunca antes había sentido en mi vida. Mis manos dejaron sus tetas para posarse levemente sobre su cabeza y darme la ilusión de control total. Fue entonces que empezó a chuparme, sacando y metiendo nuevamente toda mi longitud en su boca. Sus uñas seguían enterrándose en mis nalgas, quizás ese pequeño dolor fue lo que me impidió no llenar su boca de mi eyaculación.
    
    Afortunado fui también. Paró intempestivamente y sacó lentamente la mitad de mi pene de su boca. El resto empezó a succionarlo, como intentando forzar mi eyaculación, sin éxito. Creo que todo lo planeó mientras la excitaba con los recorridos de mi dedo por su espalda, porque luego de sacarlo ruidosamente de su boca se incorporó por completo.
    
    Admiré su figura semidesnuda y el destello de su piel morena. Sus manos desabrocharon su pantalón y lo retiraron en un movimiento que la obligó a inclinarse, mostrando la ...
    ... perfecta redondez de su culo. Detuve sus manos cuando pretendieron despojarse de su tanga azul. Tomé el ritmo y sólo aparté el indefenso hilo que cubría su vulva. Ella se inclinó y yo pude deslizar mi erección aún llena de saliva dentro de ella. Incluso pude sentir cómo se mezcló su saliva y su lubricación sobre mi piel, era aún más delicioso que probar su boca. Comencé a penetrarla casi desesperadamente, mientras mis manos aprisionaban otra vez sus pechos bamboleantes. Ya no nos importaba nuestra sinfonía animal, nos habíamos entregado al deseo y nuestras carnes se fundían a través del sudor.
    
    Continúe el baile y ella arqueó su espalda mientras aumentaban sus gemidos. Supe que estaba llegando al orgasmo y me concentré para seguir enterrando mi verga hasta el fondo de su vagina. Ella intentó acercar mi cara a la suya y continuó el beso que había iniciado aquella explosión de lujuria. No pude aguantar más y mi última embestida hasta el fondo fue el preámbulo a la explosión de esperma que inundó su interior.
    
    De inmediato noté sus músculos pélvicos contrayéndose, como terminando de ordeñarme, y luego de mis últimos estertores, salí de ella, con un enorme chorro que salió tras de mi. La imagen de su culo expulsando nuestra mezcla de néctares fue la culminación de un orgasmo perfecto.
    
    Después de un reacomodo de prendas, regresamos a nuestros puestos, disimulando nuestra ausencia. Y ahora mis jugueteos breves en su espalda son la señal para darnos a la fuga y en dirección a la ...