1. Cani pollón


    Fecha: 20/12/2023, Categorías: Gays Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos

    Era mediados de noviembre del 2013, todavía hacía calor durante el día en Sevilla, Salvador había terminado su jornada y se había retirado a sus habitaciones, yo estaba intranquilo, hacía algunos días que había retomado la idea del cruising, por supuesto ni hablar de ir al Charco de la Pava, ya había tenido bastante con una vez, me habían hablado de un lugar en Dos Hermanas, cerca del Factory, entras en la rotonda donde se encuentran las estatuas, tomas la segunda salida en dirección a los bajos del puente y llegas a una carretera de tierra con fincas a los lados, allí van los hombres en coche a ligar y se ven escenas muy excitantes entre los árboles, yo mismo las había presenciado en una ocasión en la que había ido a comprobar si era cierto lo que me habían contado, es un lugar bastante animado por las tardes, tenía el culo inquieto, necesitaba una ración de polla, hacía una semana desde el trío en la sauna y no me había comido un buen nabo desde entonces, no lo pensé más, me puse ropa cómoda, zapatillas de deporte, pantalón de chándal y sudadera con capucha, monté en mi coche y fui en busca de un buen macho.
    
    Desde que entré en la carretera de tierra vi coches entre los árboles, gente follando o practicando felaciones, iba muy despacio mirando lo que había, en un par de ocasiones detuve el vehículo para echar un vistazo pero continué la marcha, iba a desistir cuando a un lado de la carretera vi un Seat León aparcado, junto a el un joven, tal vez veinte años, ropa ...
    ... deportiva de marca, gorra, piercing en la ceja, pendiente con cruz en la oreja, manos llenas de anillos, zapatillas de esas denominadas muelles, tenía la chaquetilla del chándal abierta, estaba delgado pero muy definido, cordón de oro grueso al cuello y tatuaje de Camarón sobre la tetilla izquierda, uno de esos tipos que escribes “cani sevillano” en el buscador y sale su foto.
    
    -¿Qué miras perra?
    
    Era guapo pero lo que llamaba mi atención era el enorme bulto que se marcaba en su pantalón.
    
    -Es a ti maricona.
    
    Su voz era chula, prepotente, insolente, como son ellos, siempre con el insulto a punto, con la agresividad por bandera.
    
    -¿Quieres polla puto maricón de mierda?
    
    Se bajó el chándal, era enorme, lo más grande que yo había visto hasta ahora, su polla estaba morcillona y era gigantesca, sus huevos eran grandes, gordos, casi me atraganto con mi propia saliva.
    
    -Madre de dios.
    
    -Ve aquí maricon, que te voy a reventar el culo a pollazos.
    
    Aparqué a su lado, el tipo se sobaba el miembro que adquiría dureza y crecía ante mi mirada de asombro, me acerqué con la vista fija en aquel monstruo, me tenía hipnotizado, la agarré y parecía irradiar calor, aquella polla debía de medir al menos veinticinco centímetros de longitud y cinco o seis de diámetro.
    
    -Chúpamela maricona, cómeme la polla.
    
    Me agaché en cuclillas ante aquel obelisco, lo agarré y estaba duro como una piedra, olí sus huevos, saqué la lengua y los lamí, eran gordos, enormes, me los metí en la boca y los ...
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