1. Por güevon una mujer me tumbó a mi esposa


    Fecha: 25/12/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Aslam56, Fuente: CuentoRelatos

    ... salir. En la única llamada telefónica que tuve con su mujer, le rogaba, me sacara de ese infierno. Ella, contestó
    
    –Voy a intentar chisparte. No prometo ni maíz palomas pero me darás el divorcio. Si te conviene y si no pues púdrase ahí mijo
    
    Según me dijo mi ex, al día siguiente, fue a la casa de don Gilberto. La sirvienta la hizo pasar a la sala de la casa. Tras breve rato apareció sonriente doña Patricia, a quién explicó el motivo de su presencia. La doña, tras pensarlo, le mencionó
    
    –¿Crees que valga la pena hacer tanto por ese vago?
    
    –Yo le prometo señito, que le cumplo. No sé cómo le haga pero le junto su lana completita. Nomás écheme al José pa fuera. Si quiere le hago el quehacer de casa, todo el tiempo necesario, sin que me pague una sola moneda
    
    –Gilberto está muy enojado. Claro él, como es un buen marido siempre me complace. Dime ¿Qué tal, la pasaste conmigo ese día?
    
    Lupita, se sonrojo. Respirando profundo, dijo
    
    –No me cargue pila. Me entran las vergüenzas. Soy de poca resistencia al voltaje.
    
    Patricia, sonriendo dijo
    
    –¿Quieres ser mi novia?
    
    Lupita, más colorada, respondió
    
    –Ya entiendo por dónde va. Que tal y le digo que no
    
    –Fue broma. Tu marido va a quedar libre. Te lo prometo. No tienes que darme nada a cambio. Anda ve a tu casa sin preocupación. En veinte días lo tienes afuera
    
    –¿En serio? ¿No me miente?
    
    –Te lo doy como premio por la otra vez
    
    Lupita, corrió sobre los brazos de Patricia, plantándole un esplendoroso beso en la ...
    ... boca. La madura entrada en confianza le besó con ternura el cuello, erizándole los vellos de la piel. Las manos de la esposa de don Gilberto, le comenzaron a explorar la espalda para bajar a las firmes caderas. No quedó pedazo sin estrujar.
    
    Ambas se alejaron un medio metro. No pronunciaban palabras pero con sus ojos una a otra se admiraba los cuerpos. Patricia, más segura de sí, le cerró los ojos a mi mujer y poco a poco le retiró la ropa. Lupita con respiración agitada sintió cuando le fueron quitados los pantalones y la tanga. Patricia, se excitó mucho al verle la vagina carnosa. Levemente la giró para con ambas manos abrirle las perfectas nalgas, asomando su anito muy cerrado. Lupita por su parte, sacó de las copas del brassier de la cuarentona aquellas dos maravillosas mamas. Quedó como hipnotizada en esas dos montañas que llamaban al pecado. Sin protesta de la madura, comenzó a chuparle cálidamente los pezones grandes y parados.
    
    Patricia, sin trabajar mucho había conseguido a una joven amante lesbiana inexperta y dijo a Lupita:
    
    –Pequeña no perdamos tiempo. Vamos a mi habitación antes de que llegue mi marido
    
    Una vez en la cuarto, la esposa de don Gilberto, no espero para desnudarse. Con ingenuidad Lupita se arrodilló. La veterana sobre la silla de la cómoda puso un pie. Sus recortados pero oscuros rizos vaginales saltaron bañados en los abundantes fluidos que brotaban de la regordeta vulva que protegía en el fondo una carne rosa brillante.
    
    A Lupita le fue ...
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