1. Una madura con ganas


    Fecha: 29/12/2023, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... con su abrigo y sus botas. ¿Estuvo bien? Pregunté. Todavía tengo calentura, dijo ella, pero no veo con quien calmarla. Si quieres buscamos, le dije. No, dijo ella, dejemos así. Tal vez tú puedas hacer el cierre de la noche. Bueno, dije, ¡vamos pues!
    
    Cruzamos la calle dirigiéndonos hacia el parqueadero. La entrada al “Theatron” estaba atestada de gente, muchas parejas yendo de aquí para allá y de allá para acá, hombres deambulando para encontrarse con sus citas, o curioseando a la caza de alguna aventura, cuando, en nuestro camino, se nos atravieso un mulato, bastante bien parecido. Y, conociendo los gustos de mi mujer, dije, ¿que no había con quién? Ahí tienes una entretención, como las que te gustan. Está simpático fueron sus palabras, pero pareció que no había interés.
    
    Sin embargo, por alguna razón, el hombre reparó en mi mujer y las miradas de ambos se encontraron. Fue algo casual. El hombre siguió de largo. Sin embargo, ella, impactada por algo y dubitativa, se dio la vuelta y caminó detrás de él. Yo me quedé asombrado de su comportamiento porque, acabando de estar con un hombre joven, ¿qué estaría buscando ahora? Así que me quedé observando lo que pasaba. Ella caminó detrás de aquel hombre, alcanzándolo unos metros más adelante, cuando este detuvo su andar. Algo le dijo, pues el hombre la volteó a mirar y, cuando lo hizo, ella abrió su abrigo, mostrándosele tal y como estaba, y, diciéndole algo, se devolvió a donde yo estaba. Y él se vino detrás.
    
    La vi muy ...
    ... animada, con otro semblante. Y, cuando llegó a donde yo me encontraba, su expresión era de entusiasmo. Bueno, me dijo, ya encontré con quien. ¿Cómo? Exclame sorprendido. Creo que con este se me calma la calentura, contestó. El hombre, andando detrás de ella, al encontrarnos los tres, preguntó, ¿Tienes sitio de encuentro? Pues sí, contesté, y señalé el sitio de donde acabábamos de salir, el Jardín Real. Y ella, sin decir una palabra, le dijo al hombre ¿vamos? Sí, dijo él. ¡Tú mandas reina! Así que volvimos al lugar. Pero, cuando llegué a la recepción me dijeron que la ocupación estaba a tope. No hay sitio aquí, les manifesté. Y, por la hora, seguramente todo va a estar igual por aquí.
    
    ¿Entonces? Exclamé. Pues, dijo ella mirando a este hombre, ¿buscamos por ahí? Sí, dijo él. ¿Por qué no preguntamos aquí si nos recomiendan algún sitio por acá cerca? De modo que fui a la recepción para acometer el encargo. ¿Será que me pueden recomendar a dónde ir y encontrar un cuarto? Señor, me dijeron, si no le molesta, espere una media hora. Bueno, ¿pero me lo aseguran? Déjelo cancelado, denos su número celular y le llamamos cuanto tengamos el cuarto listo. De acuerdo, manifesté, pero no nos dejen esperando. Es un asunto de emergencia. Tranquilo, señor. Nosotros lo llamamos. Pierda cuidado.
    
    El cuarto está reservado y pago les dije, pero tenemos que esperar un rato. No hay problema, dijo aquel. ¿Por qué no nos tomamos algo mientras tanto? Sugirió mi esposa. Bueno, asentí. Busquemos algo por ...
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