-
Un deseo oculto: La noche de infidelidad
Fecha: 04/01/2024, Categorías: Gays Autor: JHON MARCUS, Fuente: CuentoRelatos
Después de aquella última travesura, decidí vivir mi vida en paz, tratando de apartar los momentos de gozo y placer que había experimentado aquella noche. Me sumergí en una nueva etapa, consiguiendo una novia hermosa a quien amaba con una pasión sincera. A pesar de la conexión con mi nueva pareja, la calma en la que me sumergía no era completa. Los recuerdos de aquel deseo oculto comenzaron a resurgir de manera sutil. Fragmentos de aquellas experiencias emergían, evocando emociones enterradas y sensaciones que luchaba por entender. Una noche, cuando le hacía el amor a mi novia antes de partir por trabajo, ella toco mis nalgas por un momento mientras acariciaba mi espalda y me clavaba sus uñas. Sentí un casquillo en cola que me puso más excitado y comencé a desquitarlo con ella. Mi novia estaba encantada y quedó satisfecha sin saber qué me había provocado. Aun cuando ya habíamos terminado, y ella estando recostada en mi pecho, yo seguía con ese cosquilleo. Mi novia había reanimado esos deseos que había intentado dejar atrás de tal modo que reaparecieron con una intensidad abrumadora. Pensé en confiarle todo, en compartir esa inquietud con ella, pero en cambio, callé, tratando de reprimir ese deseo que me consumía desde adentro, aun cuando ella me había preguntado en qué pensaba, yo solo atiné a decirle que era por cosas del trabajo. El siguiente día viajé con un compañero que se me había asignado como apoyo. Durante el viaje descubrí que él era homosexual y no lo ...
... ocultaba. Charlamos un poco acerca de eso mientras me contaba como había sido su autodescubrimiento y lucha. La llegada a nuestro destino fue agotadora, con una búsqueda infructuosa de hospedaje que nos llevó a compartir la única habitación que encontramos. Ya acostados, comenzamos a charlar mas a profundidad, y poco a poco, armándome de valor, abordé el tema de aquellas prácticas que consideraba inmorales. Para mi sorpresa, mi compañero lo hablaba con naturalidad, lo que avivó una química inesperada entre nosotros. Me sentía seguro al hablar de mis pensamientos con él, y el momento se volvió cada vez más íntimo, así que antes de que la cosa fuese más allá, me volteé dándole las buenas noches para que pudiésemos dormir, yo caí en sueño profundo casi al instante. Mi compañero de tanto compartir sus experiencias conmigo se quedó algo excitado, tenía el pene erecto y las ganas poco a poco lo consumían. Fue entonces cuando desperté y sentí algo en mi cola, mi compañero se atrevió a frotarse con mis nalgas, de modo que traté de no distraerlo pues me estaba gustando lo que hacía. Yo correspondí a sus movimientos, trataba de imitarlo; él ya había notado que estaba despierto y al rato me pregunta si quería que me la metiera, no dije nada, no estaba completamente seguro de lo que estaba sucediendo, pasó unos segundos, cerré los ojos y tal cual alguien da un salto de fe, me baje los pantalones de la pijama junto con la ropa interior dejando mi anito al descubierto, estaba nervioso, ...