Sueño húmedo
Fecha: 08/01/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: JORGEFAG, Fuente: CuentoRelatos
... de su culito.
Martha se incorporó e hizo que Jorge se acostara de espaldas a la cama, le dio dos jalones al miembro duro de él y se acomodó para sentarse encima de él, se quitó la empapada lencería, se despojó de la camiseta y se dispuso a montar al toro; se colocó la cabeza del miembro justo en la entrada de su vulva y se dispuso a bajar lentamente por él, su cabeza penetro lentamente su cavidad, ella sentía como poco a poco se abrían las paredes de su vagina, dando paso a ese pedazo de carne negra que contrastaba perfectamente con la piel blanca de Martha y el rosado de su vulva.
Finalmente Martha llego al final del camino, topando con los huevos hirviendo de Jorge, que cada vez se veían mas y más llenos de esperma, al borde de la explosión, Martha coloco sus manos sobre el pecho de Jorge para apoyarse y comenzó el movimiento de vaivén sobre el tronco de carne, sus caderas subían y bajaban sobre el miembro tieso al mismo tiempo que hacían un movimiento circular, Martha sentía perfectamente como la cabeza de su oponente tocaba cada uno de los rincones interiores de su vagina, estaba al borde de la locura, solamente ocupada de sentir dentro de ella cada centímetro de la verga dura de él.
Mientras tanto Jorge estiro los brazos para llegar a los senos de Martha, que ya habían sido liberados, se erguían orgullosos, sus pezones amenazantes apuntando hacia el enemigo, Jorge los cubrió con sus manos, haciendo que los pezones quedaran entre sus dedos, apretándolos para ...
... darle más placer a los botones cafés que coronaban sus senos blancos, Martha seguía con su movimiento de caderas, ya perdida en el placer que le generaba ser una mariposa ensartada por su captor, traspasada por una lanza de carne palpitante que no le permitía ir a ningún otro lado que no fuera más y más dentro de ella.
Martha sentía que de un momento a otro tendría un orgasmo y no deseaba evitarlo, los movimientos de su cadera comenzaron a ser cada vez más rápidos y cada vez más fuertes, se escuchaba el choque de sus carnes cada vez que el cuerpo de Martha caía hasta el fondo del miembro venudo de Jorge, ya los únicos sonidos que se escuchaban eran los choques de la carne y los gemidos de ambos, Martha empezó a cambiar sus gemidos por gritos de placer, pidiendo más y más verga dentro de ella.
Jorge aumentaba el ritmo de masaje de sus senos, al tiempo que movía su verga al compás de ella, empujando con firmeza al momento que ella bajaba por su camote hinchado, ya solo atinaba a gritar ¡dame más papi!, ¡dame toda tu verga!, mientras recibía hasta el fondo de su ser cada uno de los embates del miembro candente de él.
Finalmente sintió un escalofrió que se generaba dentro de su vagina y que se propagaba por su cuerpo en todas direcciones, que pasaba por su espalda, su estómago, sus senos y su cabeza; su vagina comenzó a venir en chorros copiosos, los espasmos hicieron que perdiera el equilibrio y cayó de encima de Jorge sobre la cama.
Después de sobreponerse al orgasmo, ...