Mi primera vez con dos chicos
Fecha: 13/01/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: ericaCL, Fuente: CuentoRelatos
... suave de interés hacia mí sentada en una mesa larga en la pizzería. Al final de la velada fue el mismo José quien me dijo si al día siguiente quería almorzar con ellos dos ya que tenían que terminar un trabajo que les tomaría solo medio día.
Me gustaba mucho ese chico y acepté con mucho gusto. Intercambiamos un tierno beso y mi amiga y su novio me llevaron de vuelta a casa.
Al día siguiente estaba temblando toda, de chica no había tenido muchas oportunidades de ser invitada a almorzar y sobre todo por un chico que me gustaba. Me preparé bien, ducha, pelo, maquillaje eligiendo con cuidado qué ponerme, no quería ser demasiado atrevida con la falda y por eso opté por un pantalón con pinzas rosa y un jersey vino a juego. Una braguita de corte alto y sujetador coordinados.
La cita era para las 13 h en la plaza de Atlántida, yo estaba emocionada por ese encuentro, traté de controlar este sentimiento que me invadía y mientras tanto pasaban los minutos. A lo lejos vi aparecer una camioneta blanca, era él, o más bien, eran ellos, José y su compañero de trabajo; tenían las herramientas de trabajo en la parte de atrás y la camioneta tenía tres asientos todos adelante. No lo había previsto, hubiera pensado en todo excepto que llegarían por este medio. Me invitaron a ocupar el asiento central, me dio vergüenza, pero tener a mi José sentado a la derecha a mi lado me tranquilizó mientras su amigo conducía en un asiento separado del nuestro. Nos dirigimos hacia la costa, debido al ...
... pavimento un poco desparejo, sentía cada vez más el contacto con José, primero pierna con pierna, luego mano detrás del hombro, la cercanía entre los dos aumentaba considerablemente. Su piel olía bien, y esos contactos me dieron ligeros escalofríos, tanto que apoyé mi cabeza en su hombro y dejé que acariciara mi cabello, lóbulos, cuello. Llegamos al restaurante, también en este caso yo estaba sentada en la mesa en medio de los dos pero mis ojos estaban solo para José; Yo sólo tomé un aperitivo, quería su atención no una gran comida, mientras los dos pidieron un plato de pasta, luego de postre y fruta. Pensé, ahora habrá un paseo, podremos hablar, conocernos, estar juntos y muchas otras cosas románticas. La propuesta de José fue en cambio subir a la habitación que ocupaban en un hotel cerca del restaurante, a poca distancia donde, además de aire fresco, habríamos encontrado un poco de privacidad que no hubiéramos encontrado en una tarde en el frente a la rambla de Atlántida. Fue precisamente este deseo de intimidad lo que me convenció de seguirlo, de la mano, dulce, romántico, mientras su amigo permanecía despegado de nosotros en silencio, casi ausente.
Dos tramos de escaleras y aquí estoy en una habitación de un hotel con dos chicos guapos. José estaba tratando de calmar los latidos de mi corazón lo mejor que podía; me describió la habitación, el armario, la mesita de noche, pero todo inútil; ahora sí que era demasiado, me centré en la noche anterior en la pizzería, en la ...