El amigo de papá
Fecha: 20/01/2024,
Categorías:
Anal
Autor: LittleKitty, Fuente: CuentoRelatos
Al cumplir los 50 años le regalé a mi padre un viaje en crucero, lo cual se tuvo que ausentar de su casa una semana entera, él vivía solo, en aquel entonces yo estaba estudiando, vivía en una pensión estudiantil y lo visitaba seguido, él insistió que yo me quedara en casa e incluso avisó a Roque y Amanda que vivían en frente para que cualquier cosa estuvieran a disposición. La pensión quedaba cerca y yo ya tenía 22 años.
El tiempo que se ausentó mi padre él cruzaba diariamente a preguntar si precisaba algo, o a ofrecerse para llevarme en el auto al supermercado.
El miércoles, tres días después, llovía en el barrio y Amanda había ido a visitar a su hija. Roque se ofreció a llevarme a hacer las compras, y como no quería mojarme acepté. En el auto conversamos sobre cosas triviales hasta que de pronto hizo la pregunta que me sorprendió
– ¿Vos tenés novio?
– No sé responder eso, si bien salgo con alguien no somos novios y vivimos muy lejos ahora que él se mudó– dije cómodamente.
La verdad, con esa pregunta y los comentarios que hacía cada vez que podía me di cuenta que sus intenciones eran otras, no solo acompañarme.
Volviendo a la casa él hace una parada para responder el teléfono, Amanda lo llamaba para avisarle que esa noche se quedaría en casa de su hija.
–Vos sabés, Amanda y yo estamos casados hace más de treinta años. Nos queremos, pero hace más de seis años que ya no dormimos en la misma cama.
Yo soy un hombre de 55 años y vos sos muy hermosa, la ...
... verdad es que me haces sentir cosas, tu carita preciosa, el perfume de tu pelo lacio, tu piel color canela y tus caderas me matan con tu caminar y esos vestidos te quedan hermosos. – Dijo después de cortar la llamada, y volvió a arrancar el auto sin decir más nada.
Observé sus manos grandes y fuertes, para tener 55 años estaba muy bien físicamente, era alto y su pelo ya era gris, tenía músculos bien marcados en sus brazos y un bulto prominente en la entrepierna. Se notaba que se había excitado en el viaje.
Efectivamente yo llevaba un vestido corto, mis piernas estaban suaves y mis pechos se notaban bastante con el escote. Mi cola era la envidia de mis amigas y la codiciada entre mis amantes.
– La verdad es que estás bueno, pero sos el amigo de mi padre, y yo tomo café con tu mujer. No podemos simplemente empezar algo.
– Y ¿qué te parece si hacemos algo al respecto? Nadie tiene porqué saber.
Llegamos a la casa, estacionó el auto en su garaje y cerró la puerta electrónica. Eran las cuatro de la tarde, sus manos recorrieron mis piernas y mi cuerpo se estremeció, empezó a acariciar mi entrepierna por encima de mi tanga fina, no traía sostén así que solo empezó a besarme los pezones, de pronto mis gemidos se hicieron escuchar, me quité la tanga y separé más mis piernas, me tocaba el clítoris de una forma magistral y metió dos dedos en mi vagina, eran gruesos y me gustaban.
Para ese momento yo estaba empapada en mis jugos y tenía ganas de ver su pene, con mi mano fui ...