1. Gordito delicioso


    Fecha: 23/01/2024, Categorías: Gays Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos

    Habían pasado tres días desde que un motero me había follado el culo, aún tenía ese escozor que te queda en el esfínter cuando te lo abren bien abierto, recibí una llamada de José María.
    
    -Hola Jóse, ¿qué ocurre?
    
    -Hola Einar, ¿cómo estás?
    
    -Bien, no me puedo quejar.
    
    -Oye, ¿tú no tenias un piso donde recibir a los amigos?
    
    -Sí, ¿por…?
    
    -¿Podíamos vernos allí esta tarde digamos… sobre las siete?
    
    -Ehhh, sí claro.
    
    -¿Te importa que lleve a un amigo?
    
    -No, por supuesto que no, cuantos más seamos mejor, por cierto, ¿Juana sabe algo de esto?
    
    -No, y no tiene por qué saberlo.
    
    -Entendido.
    
    Llegué temprano, le di una excusa a mi mujer y desde el trabajo me fui directamente, lo primero que hice fue ducharme, me coloqué un kimono, me encantan, tengo varios, de verano y de invierno, siempre que puedo voy así por casa, es lo único que llevo puesto, arreglé un poco el piso, cambié las sábanas, limpié el polvo, fregué algunos vasos y me senté a esperar.
    
    Llegaron pasadas las siete, José María elegante como siempre, con un traje gris oscuro, camisa blanca y corbata burdeos, le acompañaba un individuo mas bajo, regordete, calvo, con perilla, traía un blazer azul marino, pantalones beige, camisa celeste y corbata azul también, sin duda, uno de los comerciales del concesionario que dirigía.
    
    -Hola Einar, mira, te presento a Fernando, un amigo.
    
    -Encantado – estreché la mano que me tendía – pero pasad.
    
    Les acompañe al salón y les invité a sentarse, ambos lo ...
    ... hicieron en el sofá, en los extremos, dejando libre el hueco central.
    
    -¿Queréis tomar algo?
    
    -Sí mira, para ti – José María me tendió una bolsa que traía de unos conocidos grandes almacenes.
    
    -¡Vaya! – dentro había una botella de brandy Rey Luis Felipe – toda una delicia, ahora vengo.
    
    Lo serví en tres copas de balón como se merecía esa exquisitez, las coloqué en la mesa de centro y fui a sentarme en uno de los sillones laterales.
    
    -Ven, siéntate aquí – José María palmeaba el hueco que habían dejado libre en el sofá.
    
    -Por supuesto – me senté entre ellos dos.
    
    -¿Y ese kimono?
    
    -Me gustan, siempre que puedo voy así por casa.
    
    -¿Y llevas algo debajo? – desató el cinturón y abrió el kimono, naturalmente iba desnudo.
    
    -Joder
    
    -¿Ves Fernando? Te dije que te iba a gustar.
    
    -Siiii, me encanta.
    
    José María se acercó a mí, puso su mano en mi cara y me atrajo hacia él, nuestras bocas se encontraron, mordió mis labios, nuestras lenguas se cruzaron, pellizcó mis pezones, acarició mi pecho y mi vientre, mientras, su amigo agarraba mis cojones, se agachaba y se metía mi pene en su boca.
    
    -Oh, -Fernando sabía comerse una polla y José María me estaba derritiendo besándome el cuello mientras me acariciaba.
    
    -Diosss.
    
    Coloqué mi mano sobre la cabeza de Fernando que me estaba haciendo una mamada increíble, chupaba, succionaba, lamía besaba y su mano jugueteaba con mis huevos, José María y yo continuábamos besándonos, con mi otra mano había desabrochado su bragueta ...
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