Masajista a domicilio. Fetiche médico, masaje y sexo
Fecha: 28/01/2024,
Categorías:
Fetichismo
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
... cerrarse la puerta.
Amelia, acostada de lado, notó el cosquilleo del supositorio derritiéndose en su recto. También notó como algo de aire buscaba salida. Contrajo el esfínter un poco, lo suficiente para impedir que saliese. Debía ser muy rara, el dolor de la inyección, la invasión del supositorio, el ligero mareo de la fiebre, sí, eran síntomas desagradables y sin embargo, sin venir a cuento, todo ello se mezclaba en su mente con las caricias de su compañera y las miradas de ese masajista y su sexo comenzó a humedecerse con algo que poco tenía que ver con el sudor.
Sara dejó el cuarto y Amelia aprovechó para tirarse un pedete, se llevó una mano al coño y lentamente empezó a jugar tirando del vello y frotando la zona.
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-Ya está. Mil gracias. -dijo Sara con sincero agradecimiento.
-Nada. ¿Vamos al masaje?
-Sí, por favor. Ven a la habitación. -respondió la directora.
Javier tomó su maletín y entró en la habitación de su clienta.
-Cierra la puerta por favor.
El masajista obedeció.
Sin demora la mujer comenzó a quitarse la ropa hasta quedarse con un sostén y un tanga. Luego sacó una toalla blanca del cajón y se dirigió a Javier.
-Tú dirás.
Javier tardó unos segundos en reaccionar, pero finalmente, retomando al profesional que llevaba dentro, recuperó el control de la situación.
-Dame la toalla y túmbate boca abajo en la cama.
Sara obedeció y el masajista cubrió con la toalla el trasero semidesnudo. Ya se encargaría de ...
... eso más adelante.
-Semana complicada entonces.
-Sí, la verdad...
Conversaron durante unos minutos mientras Javier aplicaba aceite en la espalda y masajeaba hombros y omóplatos.
-Bueno, ahora relájate y olvida todo eso. Disfruta del aroma de los aceites y abandónate al relax.
Sara cerró los ojos y se concentró en sentir y oler mientras las expertas manos del masajista moldeaban su cuerpo.
-Date la vuelta. Eso es.
Esta vez la cara, el cuello, el torso y la parte delantera de los muslos recibió las atenciones del profesional durante unos diez minutos.
-Bueno Sara. Hemos terminado la primera parte, digamos la más tradicional. ¿Qué tal hasta ahora?
-Bien, muy bien. -respondió la aludida con una sonrisa.
-Ahora empieza la segunda parte... más sensual. Nos centraremos en cuidar de tres partes. Tus senos, tú trasero y tus partes íntimas. No sé si deseas mantener algo de intimidad o simplemente prefieres...
-Javier, ¿puedo llamarte Javier?
-Por supuesto.
-Confieso, confieso que tenía mis dudas, un, un desconocido... pero no sé, después de esta tarde, siento que puedo confiar en ti... incluso, me gustas un poco. -dijo ruborizándose con las últimas palabras.
-Está bien. -dijo el masajista. -Vamos adelante Sara y cualquier cosa me dices. Yo te voy informando.
Javier comenzó el masaje especial encargándose de las tetas de la directora. El sujetador, colgando del respaldo de una silla se convirtió en un espectador más. Sara trató de ahogar los ...