Masajista a domicilio. Fetiche médico, masaje y sexo
Fecha: 28/01/2024,
Categorías:
Fetichismo
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
... gemidos y cruzó las piernas, intentando acallar la corriente de placer que recorría su cuerpo. Javier se detuvo.
-Una cosa que olvide mencionar. Relájate. Esta segunda parte, por la naturaleza de las partes que tratamos, tiene un inequívoco carácter sexual. Mi recomendación es que te relajes y no tengas miedo de expresar lo que sientes. ¿Ok?
Sara, con el rostro encendido, asintió. Y esta vez, cuando las manos de Javier empezaron a dibujar círculos alrededor de sus pezones, dejó escapar un gemido.
-Date la vuelta. Ahora nos encargaremos de tu trasero. Todas esas horas sentados en oficinas no son buenas para nadie y también el culo merece atención. ¿No te parece?
-Sí. -respondió la directora apoyando la cabeza de lado y anticipando lo que estaba por venir.
Javier dejó caer aceite en las nalgas y utilizando sus puños cerrados aplicó un masaje vigoroso amasando glúteos y muslos. Luego, tras pedir permiso a Sara, le quitó el tanga e introdujo un dedo, debidamente lubricado, en su ano. La mujer, pillada por sorpresa pese al aviso, apretó el ojete, pero luego, siguiendo las indicaciones del masajista, se relajó y empezó a disfrutar de las sensaciones.
-Ahora viene la zona más delicada. Ponte boca ...
... arriba y abre las piernas.
Sara, que ya estaba muy caliente, se dio la vuelta. Durante un instante su mirada se posó en la entrepierna del hombre bajo la que, por poca imaginación que se tuviese, se adivinaba una erección. Al levantar la vista, sus ojos se encontraron con los de Javier y antes de darse cuenta de lo que decía, con una sinceridad absoluta, dijo lo que en ese momento pasaba por su cabeza.
-Tienes una erección. ¿Forma parte el pene del masaje especial?
Javier se ruborizó y trató de explicarse.
-Lo siento. A veces es difícil de controlar, sobre to... todo con alguien tan atractiva como tú.
Sara sonrió dando a su sonrisa un matiz burlón que no pretendía. Javier bajó la mirada y se disculpó.
-Lo siento, no sé que me pasa hoy. Ahora me centro.
-¿Me lo enseñas?
-¿Perdón?
-Ven aquí y sácate el pene. Tu clienta quiere verlo.
Javier se acercó y bajándose el pantalón y los calzoncillos dejo su miembro, crecido, al aire. Sara lo agarró.
-Y ahora... sigue con el masaje.
El masajista metió la cabeza entre las piernas de su clienta y sacando la lengua empezó a chuparle el sexo mientras ella estrujaba su pene, arqueaba la espalda e iniciaba los prolegómenos de un orgasmo.
FIN