Viernes por la tarde.
Fecha: 04/02/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Para Alejandro, el viernes no significa terminar la semana de trabajo, ni salir con los amigos, ni quedar con los compañeros de la oficina a tomar algo. Significa quedar con Ella.
Todos los viernes, Alejandro se muestra más nervioso según se acerca la hora de salir. No puede evitar recordar las sesiones anteriores con su Diosa, la mujer que le hace sentir el perro sumiso que lleva en su interior. En el trabajo, él manda sobre cinco compañeros de departamento, amable pero firmemente. En la intimidad, una mujer vestida de cuero le azota el trasero, le humilla verbalmente, le penetra por donde le place y le exige arrodillarse. Y eso le hace estar excitado e inquieto, ya que sale del trabajo a las tres de la tarde, y su Ama le espera a las tres y media. Si no llega puntual, no hay sesión. Si no hay sesión, no disfruta.
A las tres menos cuarto se marcha de la oficina. Hace tiempo que sus compañeros dejaron de preguntarle a dónde iba con tanta prisa.
Llega a casa de su Ama, puntual. Un edificio normal, en un barrio cualquiera de Madrid. Ninguno de los vecinos se imagina a qué se dedica la mujer del tercer piso, una chica amable y sonriente que siempre ayuda a la anciana señora del segundo con las bolsas de la compra. No hace ruido, es discreta y paga el alquiler de forma puntual. Un encanto.
Pero no ahora. Se ha vestido con un corsé de cuero negro, tan apretado que las tetas le van a explotar, y un tanga a juego. Los tacones, muy altos y de aguja, resuenan por el ...
... pasillo mientras acude a abrir. Alejandro, al otro lado de la puerta, espera ansioso como un perrito a su dueña.
La puerta se abre lo justo para que Alejandro entre. Ella se queda detrás para que ningún vecino la vea así vestida, y cierra antes de que nadie pueda asomarse.
-Arrodíllate, Alex.
-Sí, mi Ama.
-No nos vemos desde la sesión del viernes pasado. ¿Me has echado de menos durante la semana?
-Sí, mi Ama.
-¿Has hecho lo que te pedí? ¿Que no te tocaras durante estos días? ¿Has sido un buen perrito y me has hecho caso?
-Sí, mi Ama.
-El bueno de Alex… tan inocente y mandón en su trabajo, y tan putita sumisa en la intimidad. Mira, esto es para ti, tu juguetito de perro.
Le enseña una mordaza con forma de hueso. Alejandro la odia porque le hace babear y cuando se la quita le duele la mandíbula, pero eso, a su Ama, le excita.
-Desnúdate, Alex.
-Sí, mi Ama.
Se quita la ropa y queda completamente desnudo y arrodillado encima de la alfombra, con las manos en el regazo.
-Alex, quítame los tacones. No quiero molestar a los vecinos con el ruido de mis pasos. Y ponte en tu posición de perro que sale a pasear.
Alejandro le quita los zapatos con cuidado. Su Ama le aprieta la mordaza con el pie mientras se pone a cuatro patas.
-Vas a llevar mis tacones a la habitación, al fondo del pasillo. Uno lo pondré en tu espalda, no quiero que se caiga al suelo, así que sé cuidadoso o te castigaré. El otro te lo meteré por el culo. Ábrete el culo, perro ...