1. Mi primo cabrón me hizo su zorra


    Fecha: 12/02/2024, Categorías: Confesiones Autor: Patita Putita, Fuente: CuentoRelatos

    ... cada uno. O de la lana, si no había para motel… pues a cornear en al coche. Ahí era más seguro y más fácil bajarme por las cocas… A veces me decía ¡Mámame! ¡y a zambullirme! otras yo solita me bajaba.
    
    En mi cabecita, eso también fue la confirmación de que ya era una golfa, la yegua de mi primito cabrón. Crecí con la idea de que “eso” solo lo hacían las cualquiera, las de la calle, las golfas. Me gustó la idea…
    
    Al encontrarnos le preguntaba (¿A dónde vamos? ¿A chingarte? ¡bueno) Y ya me iba quitando la ropa. Veía que se abría la bragueta, y ya me estaba abriendo la blusa y metiéndole mano para sacar y lamber su linda picha. En los moteles la pregunta obligada era: ¿Cómo quieres que se ponga tu pinche huila? o algo semejante.
    
    Seguimos cogiendo de a madres, ya nos conocíamos todos los moteles y muchos lugares como parques y calles donde trepar. O estar encuerada en coches y cines antes, durante y después de montarme, por el placer exhibicionista
    
    Otro día en un cine, ya muy mojada, ya viendo bizco, casi viniéndome, me metió los dedos por el remolino, por el pedorro. (¿Y eso? ¿Por el chiquito? ¡siento chistoso! Como con ganas de ir al baño) No dije nada, poco más tarde me preguntó que pensaba de haberme metido los dedos por atrás. Le dije que no me había incomodado, solo me habían dado ganas… Y pasó a ser costumbre.
    
    Montándome algún tiempito después, colocada de a perrito, dándole las nailon, sin aviso, me agarró de las nalgas, colocó la cabezorra en la entrada y ...
    ... me enculó… ¡Ayy! ¡Me arde! ¿lo saco? No… espérate. Quédate quieto…
    
    Cuando se pasó el ardor (Después supe que eso era el estreno, la entrega del quinto del remolino). Le dije: Síguele con cuidado… y siguió metiendo y sacando poco a poco, al ratito ya no me incomodó. ¿Ya está toda metida? No, solo va un poco más que la cabeza… Ya va por la mitad… ¡Ya! ¡ya está toda adentro! ¿Te puedo bombear? Si, ya no me arde. ¿Esta toda metida? Hasta los huevos. Por momentos se hizo más y más sabroso. Con el tiempo me he acostumbrado, ya tuve burros por ahí sin problema. Y me gusta. Al pajuelearme es obligado meter una mano (Bueno… unos cuatro dedos) por el apestoso y unos dos por la pepa.
    
    El siguiente paso, y mi confirmación de golfa, fue “prestarme” (Más bien prestarle mi chucha y nalgas) a uno de sus amigos. Cuando me lo dijo, estaba titubeante, como no vio incomodidad, ni reacción y si curiosidad, siguió con su pinche idea. No dije nada y acepté salir con su amigo. Después de conocernos, vernos unas dos veces y caernos bien, educadamente me preguntó si podíamos ir a “un lugar más discreto” Bajando los ojitos, con modestia le dije que sí, y me llevo a un motel, donde educada y delicadamente, me empinó metiéndome su reata, sin problema ni circo. Y me gustó.
    
    Al hablarlo, nos reíamos de los detalles, rematando con: dime, ¿ahora que soy? ¿ya soy tu… p…atita? No amorcito… ahora ya eres nuestra putita… Jajaja ¿Zorrita? Prefiero Perrita. De acuerdo
    
    No se quedó por ahí, ese amigo me ...