1. El que desea, encuentra


    Fecha: 14/02/2024, Categorías: Transexuales Autor: Daniychani, Fuente: CuentoRelatos

    Llegué una tarde a una ciudad del sur de la provincia de Buenos Aires, después de muchos años (mas de veinte) desde la última vez que había estado. La encontré muy parecida a como la recordaba, los mismos sonidos, los mismos olores, me gustaba estar ahí...
    
    Caminé varias horas por el centro, por sus galerías, tomé un par de cervezas y la tarde se empezó a ir, debo buscar un hotel me dije, y empecé a caminar.
    
    Quien sabe porqué me dirigí con rumbo a la vieja estación, lugar donde se asienta la zona roja de la ciudad, todavía no oscurecía. Encontré un viejo hotel, paredes de ladrillo desgastado, un cartel pequeño, entre.
    
    Una señora me recibió apáticamente, le pedí una habitación individual, tomó mis datos, me cobró por adelantado, me dio los detalles y me acompañó hasta la 216, abrió la puerta, me entregó la llave y se retiró.
    
    La habitación parecía enorme, una cama de dos plazas, una estufa radiador encendida, y un baño con bañera que parecía lujo innecesario pero que me encantaba.
    
    Después de descansar unos minutos, salí a buscar algún bar o pizzería para comer y tomar algo. Lo encontré muy cerca, ya la noche había llegado hace rato, la vida nocturna ya se paseaba por el barrio, el pub me esperaba en esa esquina. Entré, solo dos mesas estaban ocupadas.
    
    Pedí una cerveza grande, y una napolitana chica, revisé el celular por costumbre y entonces note que alguien me observaba, miré muy lentamente y me encontré con su mirada clavada en mi, una sonrisa casi perversa ...
    ... que me hizo mirar hacia otro lado.
    
    Era una chica trans, morocha, alta, de calzas negras, botas largas, y campera de jeans celeste, acompañada por otra chica trans bajita, de pelo castaño, linda, con mini engomada negra, bucaneras rojas y campera larga también roja.
    
    Durante casi dos horas las escuché reírse, mirarme, me resultaban agradables. Antes de irme les invité una cerveza, les dije chau chicas, compré un pack de cervezas y salí rumbo a mi hotel.
    
    Llegué a mi habitación, me saqué la ropa y me metí en la ducha, me bañé rápidamente y me metí en la cama, dejé una bolsa de cocaína en la mesa de luz, el sueño me alcanzó en muy poco tiempo.
    
    Desperté sintiendo una respiración agitada en mi nuca, pensé que era un sueño, pero no, era muy real... la morocha de la pizzería estaba sentada en la cama tomando cocaína, en ropa interior, la otra, acostada detrás mío apoyaba su pene en mi cola.
    
    Quise reaccionar, sorprendido enojado, pero la morocha, muy tranquila me dijo, te regalaste y perdiste, bebe, sentí el caño de una pistola acariciando mi nuca, su otra arma jugaba con la puerta de mi ano todavía por sobre el calzoncillo, la morocha pasaba una sevillana por mi ombligo, mientras su enorme pija asomaba de su bombacha roja.
    
    Quise ser amable, decirles que por favor no lo hagan, pero solo conseguí que la morocha (Fernanda) me apretara con fuerza la cara y me escupiera en la boca insultándome. Noté que la chiquita (Camila) bajaba mi ropa interior y filmaba con su celular ...
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