Patricia en la tienda de lencería
Fecha: 15/02/2024,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ya lo tuviera previsto siguió sonando Spoon con “Written in reverse”, de manera que ella siguió bailando para mí en la efímera intimidad del probador. Sus nalgas moviéndose desataron toda mi lujuria, y cuando se agachó para dejarme toda la visión su apretado agujerito, en un arrebato me bajé los pantalones para liberar mi polla completamente erecta, que ella no descuidó. Se puso a cuatro patas y comenzó a recorrerla toda con su lengua.
Las persianas ya estaban bajadas, cuando ella me había empezado a hacer una felación increíble, totalmente despreocupada. Estaba por entero entregada al deseo de que en cualquier momento un joven dependiente pudiera pillarla a cuatro patas con su culo accesible, mientras su cabeza subía y bajaba rítmicamente entrando y sacando mi miembro erecto de su boca. Ni siquiera se inquietó cuando desde afuera nos preguntó si iba todo bien... A mi respuesta entre suspiros: “Todo va... increíblemente... bien...”, él abrió sin dudar las cortinas para encontrarse con la redondez de las suaves nalgas de Patricia, y su acompasado cabeceo y mi expresión de placer. Pude ver como sonreía, mientras con un pretendido aire de discreción nos preguntó si ya habíamos elegido algún conjunto. Un momento después pude ver como sus manos abiertas se dirigían para posarse en las nalgas de ella, poniéndose de rodillas detrás para tocarla a gusto. Era evidente que ella lo deseaba, dejaba escapar de tanto en tanto pequeños suspiros como para alentarle a seguir adelante. Él ...
... me miró interrogante y con un una sonrisa aprobatoria le animé a que le hiciera lo que le viniera en gana.
Mis manos acariciaban el pelo de Patricia, mientras él le abría las nalgas para hacer un concienzudo examen de las delicias que ella le ofrecería. Lo más evidente fue el apretado circulo de su ano, siguiendo más abajo con su rajita perfecta, completamente húmeda y palpitante de deseo. Sus manos siguieron despacio por su espalda para dirigirse hacia abajo y tratar de contener las desbordantes tetas. Sus dedos jugaron unos instantes con los pezones, completamente erectos. Ella gemía, tenía sus ojos cerrados con los párpados muy apretados como he visto tantas veces cuando desea ser totalmente poseída. Cuando sus dedos habían ya completado en exhaustivo examen siguió su lengua. Separando sus nalgas comenzó el recorrido hacia abajo, desde su culo, pasando despacio por el perineo, y llegar a sus labios vaginales para encontrarse finalmente con su clítoris. Después repetía esa excursión pero en forma ascendente. Saboreó a mi esposa un largo rato de esa manera, hasta que ella tuvo que dejar mi polla para poder gemir a gusto su primer orgasmo. Se corrió cuando su lengua jugueteaba incansable y sus dedos se introducían profundos en su vagina y su recto. Era lo que ella había deseado y estaba plenamente satisfecha con el desempeño del empleado de la tienda. Sin embargo, “Quiero más...” fueron sus escasas palabras, y la respuesta vino de inmediato, bajándose los pantalones extrajo ...