1. El joven mecánico del aire acondicionado


    Fecha: 17/02/2024, Categorías: Gays Autor: elqueteamamucho, Fuente: CuentoRelatos

    ... bañando y lo que le haría si se me presentaba la oportunidad de darle una mamada.
    
    Por fin salió, aunque ya vestido y sin lugar a darle una rica mamada. Me dijo que había encontrado el gas y ya nos podíamos regresar. Esta vez salió en un short de mezclilla, producto de un pantalón al que a leguas se veía había cortado la parte de las piernas para darle nuevamente uso. Llegamos al taller y no hablamos en el camino. Al llegar se dirigió directo al coche, hizo lo suyo, y créanme, se veía hermoso.
    
    Al terminar me dijo -ya quedó llenito jefe, mañana ya no te vas a calentar en la carretera- y lanzó una carcajada. -Muchas gracias, de verdad me hiciste un gran paro, aunque lo de caliente lo dudo porque así paso gran parte del tiempo- y me reí también. Le dije bromeando si para el pago aceptaba cuerpomático, a lo que me contestó -son 600 varos, mano, esos van en efectivo pero la propina sí te la acepto en especie- y se carcajeó, yo también. Ni tarde ni perezoso le dije que a mí no me anduviera calentando porque le bajaba el short en el momento, que no me cucara, y sólo nos reímos. Pagué por medio de transferencia, porque no traía efectivo y después de pagar nos estábamos despidiendo y me dijo -la propina entonces, ¿o no das?-, -dime donde te la doy primo- y salió a mirar alrededor, bajó la cortina de aluminio del local y se bajó de un solo tajo los shorts, y se quedó con el pito a pelo.
    
    Me hinqué, olía muy rico, a limpio, a jabón, un olor a limpio que se mezclaba un poco con su ...
    ... vello púbico que olía un poco a sudor. La besé un rato, besé los testículos y los lamía con mucha paciencia. – No tengo todo el día-, me dijo, y se jaló el prepucio hacia atrás dejando expuesta una hermosa cabecita rosa, limpia y grande. -Todo esto tenías entre las piernas y no querías compartirlo-, le dije al momento de tomar su pene con mi mano derecha, y besar la punta. -Ya me pusiste caliente, chúpala, ya-, y me la metí a la boca. No sé por qué tengo yo ese don de dar rico placer con mi boca. Continué mamando su pene de arriba abajo, intentaba que entrara todo en mi boca, pero con muy poco éxito. El rabo de ese chico medía unos 19 cm. El placer que sentía ahí hincado era indescriptible y sublime.
    
    Seguí chupando su pene por largo rato, no me cansaba de llevarlo hasta mi garganta, y no sé si lo fingía pero cada que lo hacía, reproducía con su boca sonidos de placer muy extraños y sexis a la vez. El prepucio que rodeaba su cabeza peneana era encantador, era moreno claro, amplio, considerablemente vasto, y no me cansaba de morderlo con los labios. Creo que me hice adicto, porque desde ese día no he podido dejar de pensar en él.
    
    Continué mamando por largo rato, porque no se venía hasta que me dijo que me iba a ayudar, que yo continuara con los “huérfanos” y él iba a hacer lo suyo mientras. No pasó mucho tiempo y escuchaba como jadeaba, eso me ponía muy caliente, en momentos seguí subiendo a chupar la cabeza, y morderle el pellejo. Cerca ya del momento cúspide, me dijo – ...