-
Descubriendo mi lado homosexual
Fecha: 17/02/2024, Categorías: Gays Autor: Omar89, Fuente: CuentoRelatos
... condición sexual como homosexuales, igual que los heterosexuales. Justo un año después de descubrir mi lado gay, centenares de sacerdotes católicos, desafiando la postura oficial del Vaticano, bendijeron de manera pública relaciones de parejas homosexuales. Algunos sectores más conservadores empezaron a hablar de un hipotético cisma dentro de la Iglesia. Pensé también en diferentes homosexuales ilustres que manifestaron su devoción por la Iglesia, como el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, el artista Andy Warhol o Pasolini, que siendo ateo le dedicó su película “El evangelio según San Mateo” a Su Santidad Juan XXIII. Aquel conflicto interior tuve durante aquella tarde y parte de la noche, de manera que ni cené. Pero una vez que lo hube resuelto, fui a la cocina, tomé una botella de agua, algo de fruta (una especie de macedonia con trozos de fresas y plátanos) y me dirigí con todo ello a la habitación de Daniel. Encendió la lamparilla de la mesilla de noche y me vio cómo depositaba aquello allí. “¿Qué estás haciendo?”, me preguntó sorprendido. “Calla, y hazme sitio en la cama”. Me metí entre aquellas sábanas y mantas y me bajé el pantalón del pijama y el calzoncillo, colocándome un preservativo. Daniel estaba de lado, inclinando su cabeza hacia atrás para ver qué hacía. Él dormía simplemente con un calzoncillo, por lo que, para calentarme, empecé a acariciarle la piel de la espalda, de su torso, de su cuello, de sus muslos… Al mismo tiempo que me frotaba contra ...
... aquellas nalgas, de las que sólo me separaba su calzón blanco. “Cómo me pones, perra”, le dije. No pude resistirme más y le arranqué el calzón y coloqué mi pene contra su ano. “Espera, que con eso me vas a destrozar”, me dijo Daniel, “toma lubricante y úntalo hasta que pueda entrar”. No sabía mucho de lubricante para las relaciones anales, porque nunca lo había practicado, ni siquiera con mis amantes mujeres, ya que nunca me había llamado la atención y no había pasado más allá de frotarme contra sus culos. Cuando Daniel me indicó que ya estaba listo, comencé a metérsela mientras él seguía de lado, gimiendo de placer. “Dame más, dame más”, me pedía. Le agarré de aquella media melena que tenía mientras seguía penetrándole analmente. Así estuve hasta que finalmente me corrí dentro de él. Me coloqué a su lado mientras él se abrazaba a mi torso desnudo, me quité el condón, bebí agua y tomamos algo de fruta de aquella macedonia para reponer fuerzas para el acto siguiente. Y ya que Daniel me había dado el regalo de abrirme a nuevas posibilidades sexuales, le quise agradecer aquello con una felación, igual que les practicaba sexo oral a mis amantes mujeres. Al no ser su pene demasiado grande, pude cogerlo y metérmelo entero en la boca sin problemas, pero decidí sostenerlo a modo de micrófono y darle pequeños besos en el glande para posteriormente introducírmelo en la boca y pegarle pequeños lametones. Daniel sostuvo mi cabeza mientras me empujaba para que me lo metiera más y más ...