1. Cojo con el chico argentino del gym


    Fecha: 26/02/2024, Categorías: Infidelidad Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    Conocí a Mateo en el gym. Desde el primer día que llegó nos llamó la atención a todas. En primer lugar, su forma de vestir, leggins pegaditos que nos hacían ver un enorme bulto adelante, pero también unas nalgas muy bien formadas que ya hubieran querido tener más de una de nosotras. Cuando lo escuchamos hablar nos dimos cuenta que era argentino, lo que nos calentó más.
    
    Si bien era amable, era distante. Sus saludos no abrían la puerta a seguir conversando. Llegaba, saludaba, hacía sus rutinas, se bañaba y se iba. Más de una teníamos la concha muy húmeda de solo verlo. Siempre en leggins, con ese paquete enorme y siempre con unas nalgas que eran notables.
    
    Pronto asumimos que era gay. Más de una de las chicas lo vio al salir siendo recogido por dos señores mayores, a veces uno, a veces otro. Más rápido que tarde, se nos pasó la emoción de verlo. Igual pensaba que desperdicio con semejante paquete.
    
    Fueron pasando los meses y ninguna de las chicas hizo ningún avance con él. Tampoco nos hablaba nada más que un saludo al llegar y un adiós al partir. También lo vi siendo recogido por señores mayores y asumí que era un gigolo gay de viejos.
    
    Cuatro o cinco meses después, luego de la mañana en el gym, fui al supermercado a comprar algunas cosas para el almuerzo. Me encontré con Mateo. Fue muy amable al saludarme, le respondí igual. Empezamos a conversar. Muy distinto al Mateo del gym. Se lo dije, que me parecía muy distinto al chico que conocía en el gym y me respondió que ...
    ... se sentía incómodo por el cómo lo mirábamos en grupo, que no podía superarlo. Y que al final ya se había acostumbrado a la rutina de saludar y despedirse. En ese momento me pareció una explicación muy razonable.
    
    Seguimos charlando, me cayó muy simpático. Intercambiamos números. Por el WhatsApp comenzamos a charlar esporádicamente. Nada subido de tono, trivialidades, saludos cordiales, intercambio de memes y punto. Nunca lanzó ninguna indirecta, ni yo a él. Nunca hablamos de su sexualidad o de la mía. Todo amable y respetuoso. Estuvimos así varios meses, quizás tres o cuatro meses.
    
    Una tarde me llegó una foto de su pene erecto.
    
    Enorme, inmenso. Tal como lo imaginaba. Junto a pene un texto que decía “bebe te extraña”. Supuse se había equivocado, al ver ese pene tan enorme sentí un vacío en el estómago.
    
    Le escribí diciéndole “te has equivocado”. Me respondió inmediatamente pidiéndome disculpas y borró la foto. Le dije que tranquilo que no había problema. No hablamos por más de una semana.
    
    Cuando lo veía en el gym la misma lejanía de siempre. Me animé a escribirle, le puse “tranqui, he visto muchos penes, no te hagas rollos”.
    
    Se rio y me volvió a pedir disculpas. Le insistí que no se preocupara y le mandé el “lo tienes increíble”.
    
    · ¿Te gustó?
    
    · Si obvio, es inmenso, se me hizo agua la boca.
    
    · Jajaja, pero eres casada.
    
    · Soy mujer.
    
    · Y si, y eres muy linda, supongo puedes estar con quien quieres.
    
    · No te creas, ni tanto.
    
    · Eres muy bonita y ...
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