1. El despacho


    Fecha: 04/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Arfridio, Fuente: CuentoRelatos

    ... de propiedad ante esta cámara en el día de hoy”. Si te niegas, no sabrás quien viene ahora y tendrá consecuencias.
    
    Gracias mi Señor, lo haré encantada.
    
    Dicho lo cual, firmamos mi nueva posesión. Tenia por escrito la posesión total y absoluta de tu vida.
    
    Bien Zorrita, en unos diez minutos aparecerá tu hija por esa puerta. Decide como quieres que te vea. ¿Siendo sodomizada, sometida, o por el contrario prefieres seguir manteniendo tu estatus social, de madre ejemplar y trabajadora, fiel a su marido y un ejemplo de la sociedad a seguir?
    
    Mi Amo, es decisión suya, mi vida le pertenece. Carezco de voluntad para poder tomar esas decisiones. Yo solamente me debo a ti, mi Señor
    
    Buena Zorra, pero cuando tu Amo te pregunta algo, lo que menos quiero oír, es una respuesta ambigua.
    
    Dicho lo cual te golpee con el cinturón sobre tu cintura, reabriendo las pequeñas heridas que sufriste anteriormente
    
    Decide como quieres que te vea. ¿Siendo sodomizada, sometida, o por el contrario prefieres seguir manteniendo tu estatus social, de madre ejemplar y trabajadora, fiel a su marido y un ejemplo de la sociedad a seguir?
    
    Acabada la pregunta, te sometí a dos latigazos más, esta vez sangrabas un poco más. Eran heridas superficiales. El dolor te hizo soltar algunas lágrimas, que deslizaban lentamente sobre tu mejilla, y con voz entrecortada, pudiste decir
    
    Aunque sea suya, mi Amo, preferiría me viese vestida… Gracias mi Señor
    
    Bien pues así será. Te lamí tus heridas hasta que ...
    ... dejaron de sangrar. Comienza a vestirte, y el collar lo dejas puesto en tu cuello.
    
    Buscaste tu ropa interior y tu vestido.
    
    Entrégame tu ropa interior, no llevarás nada puesto, solamente vestirás como en tu vida, de apariencia para lo de fuera. Lo de dentro, es para mí solamente.
    
    Lucias preciosa, el collar te realzaba más tu cuello, y tu pelo recogido en una coleta, resaltaba más las facciones de tu cara.
    
    Siéntate ahí, y mantén tus piernas bien separadas, quiero ver en todo momento tú precioso coño.
    
    Se oyó como llamaban a la puerta y te ordené que autorizaras pasar.
    
    ¡Hola cielo!
    
    Oíste decir a una voz que te era muy familiar. Tu cara de sorpresa al ver que era tu hija la que me llamaba así, me confirmaban mis presentimientos. Eras totalmente ajena al poder que poco a poco iba desposeyéndote de tu vida.
    
    Hola princesa, le contesté a tu hija. ¿Ya os conocéis verdad? Dije en un tono irónico.
    
    No tanto como tu a ella, parece ser
    
    Estabas sentada frente a mí, con tus piernas abiertas hacia nosotros, mostrándonos tu dulce entrepierna, y una mirada de no saber que hacer ni decir.
    
    Princesa, demuestra a esta zorrita, como me gusta que me traten.
    
    Tu hija se arrodilló ante mí, y con gran destreza y práctica, se introdujo mi polla en su boca. Sabías que, aunque tu lo hacías bien, yo estaba disfrutando más de ella que de ti, lo que te hizo sentir impotente y frustrada.
    
    Zorrita, quiero que mientras me miras, te masturbes, te corras y gimas antes de que tu ...
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